Alberto Pérez de Vargas, el niño de la calle Real
Aranceles a la vista
Tribuna Económica
El último Informe sobre Estabilidad Financiera del Banco de España, publicado el 5 de noviembre, dibuja un contexto macroeconómico más favorable para España, señalando algunas circunstancias que evolucionan de forma positiva, como el control de la inflación, el buen dato de crecimiento del PIB, la recuperación de rentas de los hogares y las empresas no financieras o la buena la situación financiera del sector bancario. En contra, también recuerda que todo esto puede estropearse si llegara a producirse una escalada en los conflictos en el Este de Europa y en Oriente Próximo. Pero, con todo, el evento geopolítico que señala el BdE como más relevante es la elección a la presidencia en EEUU. El desenlace ahora ya lo conocemos: la victoria de Donald Trump, el resultado para Europa más adverso.
No sólo el BdE, la opinión de que este desenlace es una mala noticia para Europa es unánime. Por muchos motivos: su posición sobre Ucrania, su vacilación en cuestiones medioambientales, sus decisiones en materia de defensa, o los aranceles que ha prometido imponer de forma generalizados a todo el mundo. Todo esto impactará en una economía como la europea, que actualmente se enfrenta a importantes obstáculos estructurales.
Ciñéndonos a los aranceles, quiere fijarlos, del 10% al 20%, para todos los productos europeos, con el objetivo de hacerlos menos competitivos en los mercados estadounidenses. Y el año pasado la Unión Europea exportó allí unos 500 mil millones de euros, la quinta parte de todas las exportaciones no europeas. Los sectores más afectados serían la maquinaria y los vehículos, por lo que Alemania, la principal exportadora de estos productos, sería la economía más perjudicada. El efecto en España será más limitado, aunque las exportaciones hacia EEUU sumaron 18.904 millones de euros el año pasado. Pero el daño puede ir más allá, porque el aumento de los aranceles afectará a Europa también indirectamente. Aunque los aranceles no se dirigieran a los productos europeos, las empresas europeas saldrían perjudicadas por los productos que utilicen piezas o tecnología chinas, que terminarían encarecidos. La abierta economía europea, profundamente globalizada, tiene a China como su segundo socio comercial, con un comercio bilateral de unos 740 mil millones de euros en 2023.
Las proyecciones que se han realizado estiman que el PIB de la Eurozona se afectará de forma negativa, siendo el más perjudicado el de Alemania. Esto es un jarro de agua bien fría por cuanto que el PIB europeo ya viene teniendo un crecimiento anémico. Tras Trump, se ha revisado el crecimiento de la zona euro hasta el 0,8% en 2025, frente al 1,1% previsto anteriormente. Esto, en el mejor de los casos, existen proyecciones más drásticas. Entre ellas, un escenario severo que plantea el BdE en esta guerra comercial, que restaría tres puntos al PIB europeo, por lo que la Eurozona estaría abocada a una recesión del 2,6% durante el próximo año.
Todo se verá, posiblemente Trump morderá menos de lo que ladró durante la campaña. Pero sólo su sonido es suficiente como para que el recorte de los tipos de interés de 50 puntos básicos en la reunión de diciembre del BCE se haga mucho más probable.
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