Ataque a la independencia de los bancos centrales

Tribuna Económica

A partir de los años setenta del siglo pasado los bancos centrales de los países desarrollados adquirieron la independencia legal de sus gobiernos. Hoy, en más del 80% son independientes. Pero esto no quiere decir que sean independientes de facto. El mundo está cambiando. Las autocracias van en aumento, y algunos como Donald Trump no acaban de entender los beneficios de la independencia de los bancos centrales. Según Christine Lagarde, los ataques a la independencia son cada vez más frecuentes.

El más reciente es el de Trump a la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos. A su insistencia en que su gobernador, Jerome Powell, baje los tipos de interés ha añadido “que es un inútil que siempre llega tarde y equivocado” y la afirmación de que “no cabe esperar más para su cese”, es un ejemplo más del daño que están haciendo los autócratas y populistas como Trump a la independencia de los bancos centrales.

Jerome Powell se ha negado a dimitir y ha asegurado que agotará su mandato. Legalmente, Trump no puede destituir a Powell. Pero sí puede cansarlo y agotarlo, hasta que abandone su cargo por iniciativa propia. Si esto ocurriese, sería nefasto para la estabilidad financiera mundial y hundiría el dólar, debilitando su posición como moneda y reserva mundial. Christine Lagarde ha salido en su defensa.

La situación de la economía de EEUU no es la misma que la de la UE. En EEUU el crecimiento todavía es potente y la creación de empleo también. El nivel de paro ha descendido hasta el 4,2%. Por el contrario, la inflación se resiste, sobre todo la de los servicios. La devaluación del dólar es otro elemento que genera inflación a través del encarecimiento de las importaciones. Otro elemento que alimenta la inflación es la guerra comercial, si se mantiene sin acuerdo posible y los aranceles recíprocos vuelven tras los 90 días de tregua

La Fed tiene un doble objetivo, mantener el empleo y reducir la inflación. En un informe reciente Jerome Powell ha afirmado que las políticas de Trump dificultan extremadamente la consecución de ambos objetivos. Esta afirmación ha provocado el enfado de Trump. Jerome Powell cree que la principal preocupación, la menos asegurada, es el control de la inflación. El crecimiento y el empleo de momento van bien. Por esta razón no ve necesario continuar con las bajadas del tipo de interés. La Fed irá actuando, reunión a reunión, en función de los datos que vayan recibiendo, sin pronunciarse todavía sobre la orientación futura de la política monetaria.

Por el contrario, en la UE el BCE en su última reunión ha decidido bajar un 0,25 % los tipos de interés de depósito hasta el 2,25%, la séptima bajada. Esta decisión está basada en que las expectativas de inflación están controladas con tendencia al 2% de inflación, el objetivo del BCE. Por el contrario, la debilidad del crecimiento de las grandes potencias Alemania, Francia e Italia podrían conducir al estancamiento o la recesión a finales de 2025. El BCE seguirá actuando, con agilidad y vigilancia extrema. Se estima que pueda bajar dos veces más los tipos interés en un 0,25%, hasta dejar a fin de año el tipo de interés en un intervalo del 1.5% al 1,75%.

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