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Vivimos unos días muy intensos, los que más, inmersos en plena Cuaresma y con el Google calendar echando humo, lleno de actos institucionales, eventos, triduos, quinarios, cultos, besapiés, besamanos, exaltaciones, oraciones, retiros, Vía Crucis y una larga lista de etcéteras que están convirtiendo en un verdadero Gólgota las agendas de más de un capillita. Un calvario, sin dejar los guiños evangélicos. Hay hermanos mayores que llevan corbata y medalla en el maletero del coche, por si acaso, se cruzan con una Función Principal camino del supermercado.
Sin dar más rodeos, confesaré una reflexión personal e impopular, ya que me consta que alguna vez se ha planteado y desde la moqueta [Consejo y dirección espiritual] no se ha visto con buenos ojos. En mi opinión me parecen un absoluto castigo las representaciones, sin fundamento, en cultos de corporaciones sin ningún nexo racional entre sí. O lo que es lo mismo, obligar al resto de hermandades a enviar un representante que “haga bulto” en los bancos de otra Titular.
Creo que esa práctica ya se ha convertido completamente inviable con la nómina de hermandades actuales en Algeciras. Algo anacrónico, pretérito y falto de criterio. La asistencia, en cualquiera los casos, debería ser voluntaria y cada cofradía debería preocuparse más en incentivar a sus censos y hermanos a participar y acudir, que en pasar lista y completar la foto con corbatas y medallas de otras hermandades.
Entre el blanco y el negro hay espacio para muchos grises. Hay casos y casos. Existen entidades hermanadas, cofradías que conviven y comparten parroquia y feligresía (como es el caso de la Palma, Columna, Nazareno y Santo Entierro) o incluso congregación (Medinaceli y Borriquita son salesianas). Incluso hermandades que comparten día, vínculos especiales (Ecce Homo y Columna) o que tienen nexos de mecenazgo o amadrinamiento (Medinaceli y la Salud).
Entiendo y aplaudo que en esos casos tan particulares y significados sea una experiencia agradable acudir y compartir esos momentos de convivencia y oración tan marcados en el calendario. ¿Y el resto? Sin lugar a dudas, una práctica caduca y que ya en 2025, dónde todos vamos como locos para conciliar trabajo, familia y afición; permite muy pocas licencias. Cuidemos y reguemos cada uno nuestro arbolito, para así contemplar y disfrutar de un espléndido bosque.
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