Visto y Oído
Emperatriz
Juan Franco lo dice bajito, como para que nadie se moleste, pero despacito para que todo el mundo le entienda: “Estamos intentando convertir esta ciudad en una ciudad normal”. La Línea de la Concepción ha experimentado en los últimos nueve años un proceso de transformación total de la mano de su alcalde y del peso de su partido en la Diputación Provincial de Cádiz en los últimos cinco, primero con el PSOE y ahora con el PP. Gracias a ello han llegado a la localidad cuantiosas inversiones impulsadas por otras administraciones de las que han salido un nuevo estadio de fútbol, otro de atletismo en proyecto, la rehabilitación de la plaza toros, la reforma del entorno de La Velada y la recuperación del teatro del mismo nombre, la peatonalización del centro, la reforma de los jardines Saccone, la transformación del Parque Princesa Sofía, el mercado de abastos... Todos ellos hitos destacadísimos que, de alguna forma y tomándolos como referencia, van a servir a partir de ahora para trazar las nuevas líneas maestras de la trama urbana.
La aprobación del nuevo PGOU linense por parte de la Junta de Andalucía representa mucho más que dar paso a un conjunto de normas sobre los usos presentes y futuros del suelo: es el instrumento para decidir si en un solar se levanta una torre de quince plantas o un colegio público; si una urbanización cerrada de chalecitos o una nueva avenida. Es la base sobre la que transformar urbanística y socialmente un pueblo que se ha marcado como obligaciones, de un lado, la regularización de grandes bolsas de casas ilegales -como en El Zabal, donde el 95% de sus 1.200 viviendas están hoy fuera de ordenación, según los cálculos del Ayuntamiento- y, de otro, dar respuesta a las demandas residenciales existentes en un municipio que de sus 60.000 habitantes actuales se puede plantar en 90.000 en el plazo de unos pocos años, con la construcción de 11.500 nuevas viviendas, 3.767 de las cuales serán de protección oficial. De hacerlo realidad, Franco habrá dado un paso enorme para tener esa “ciudad normal”. Para que todos nos entendamos.
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