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Algeciras tiene cartel, devoción, comunidad, parroquias y creyentes para pensar que muchas de las cuestiones que creemos utópicas se encuentran al alcance de la mano. Sólo hace falta un poco creatividad, inventiva, conocimiento y ganas de trabajar, con eso y con constancia, se consigue casi todo en la vida.
En los últimos años, a raíz de la pandemia, se ha retomado una figura clave en la labor evangelizadora de las hermandades. No confundir esto, es muy importante, con procesionar por las calles con una cofradía, eso es culto externo. Evangelizar es otra cosa. Sin demonizar que un paso en la calle nos gusta a todos, es importante el matiz, pero hoy quiero hablar de otra cosa.
Una misión popular es un conjunto de eventos y actividades que se llevan a cabo en una parroquia con el fin de rejuvenecer y facilitar el reencuentro y acercamiento de las personas a Cristo y su mensaje. ¿Podemos hacer más en Algeciras a este respecto? Muchísimo más. Sólo hay que echar un vistazo a otros enclaves para ver ejemplos tan magnos.
El rotundo éxito devocional de las misiones que hizo por barriadas desfavorecidas de Sevilla Jesús del Gran Poder tras la pandemia; también este mismo año la Hermandad de Pino Montano lo hizo otras parroquias de su barrio o existe un proyecto similar que en los próximos meses llevará a cabo la trianera Virgen de la Esperanza. ¿Por qué aquí no? No todo se reduce a una procesión extraordinaria, reconocidas bandas, flores, pasos y un gasto adicional que prácticamente ninguna corporación de la ciudad es capaz de asumir. Pero cuánto bien se podría hacer con una misión en el Año Jubilar de la Esperanza.
¿Es irreal pensar que Jesús de Medinaceli bajase a Santa María Micaela, en la Bajadilla, y discurra en una semana de cultos junto a su feligresía, en un barrio en el que tanta devoción despierta? ¿No daría testimonio de fe llevar a un sagrado titular hasta las parroquias de la Piñera y Saladillo que tanta actividad e implicación tienen? ¿No podría la Virgen de la Esperanza, en su año jubilar, visitar a sus hermandades hermanas en Salesianos y la Capilla de la Caridad, pernoctando en ellas, ya que la Magna Mariana la privó de sus actos por el 75 aniversario?
Creo que la trascendencia de las misiones populares irían mucho más allá de una procesión extraordinaria, generarían mayor fervor y cercanía con los titulares, algo que no supondría más que el beneplácito eclesiástico y ganas de trabajar. Es una oportunidad perfecta. Eso sí que sería evengelizar y acompañar dichos traslados de acciones solidarias y benéficas en esos barrios. Precisamente en eso, en sumar devoción y solidaridad, somos únicos los cofrades.
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