El parqué
Álvaro Romero
Presión bajista
Las turbulencias de las primeras sesiones de agosto se deben a factores eminentemente técnicos, sin que se evidencie un deterioro significativo de los fundamentales económicos y empresariales. Pero, aunque la calma parece haber vuelto en los últimos días, la normalización del posicionamiento de los inversores especulativos aún no se ha normalizado, y hay otros factores que podrían causar recaídas, por lo que conviene ser pacientes a la hora de buscar oportunidades.
Por un lado, los fondos de gestión sistemática movidos por algoritmos y la especulación con derivados sobre los gigantes tecnológicos se mantienen en exposiciones elevadas, y quedan por cerrar operaciones financiadas en yenes. Esto augura que persista la presión vendedora, limitando la magnitud de los rebotes y haciendo posibles correcciones adicionales.
Por otro, los mercados han reflejado sus temores a una recesión descontando que la Fed acelerará las rebajas de sus tipos y que ya se situará en el 3,5% en un año. Pero, si como prevemos, se prolonga el ciclo de moderado crecimiento económico y persisten las presiones salariales, los bancos centrales (que celebran su cumbre anual en Jackson Hole en dos semanas) mantendrán su cautela y relajarán sus políticas monetarias con cautela. Esto probablemente decepcione a los mercados y desate más volatilidad.
Así que, tras una pronunciada tendencia alcista desde octubre en EEUU sin apenas descansos, lo normal es que la fase correctiva se desarrolle en varias ondas, y que pueda incluso alcanzar niveles algo inferiores a los del lunes. Sin pánico, habrá que armarse de paciencia para encontrar los niveles óptimos de compra.
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