Algeciras y su memoria selectiva

11 de enero 2023 - 01:34

Hace unas semanas escuché a Juan Arrabal decir, justo en la gala de 'Las Uvas de la Ser', en el hotel Reina Cristina, que Algeciras todavía no había honrado a la memoria de Paco Prieto, auténtico artífice del nacimiento del baloncesto en nuestra ciudad y uno de los más importantes dinamizadores de otros deportes como el atletismo, especialmente entre los colegios e institutos algecireños.

Paco Prieto estuvo al frente de aquel famoso Picadero durante los años de su constitución, hasta que Arrabal cogió en los setenta el testigo al pasar de ser jugador a entrenador, y sacó la camada de los Juan Antonio Valle, Urbano, Díaz Pacheco y Foncubierta, entre otros muchos que abrieron el camino de la mano de Prieto para que el baloncesto siga vivo sesenta años después.

Paco fue una pieza importante en los veinticinco años de historia del Patronato Municipal de Deportes de Algeciras formando parte de su Junta Rectora y del Consejo de Gerencia, así como de los jurados de los premios 'Deportista del Año', y mantuvo una actividad relevante en medios de comunicación como Diario Sur, Área y Europa Sur.

Desde el máximo de los respetos por el deporte rey, que con buen criterio tiene todo un reguero de homenajes hechos por la ciudad a nuestros más conocidos futbolistas, si Paco Prieto hubiera elegido el mundo del fútbol hoy tendría una calle en Algeciras o una instalación deportiva a su nombre. Pero la justicia, en esta época de catetos apesebrados, sólo entiende de palmetazos en el lomo de los cuatro mangurrinos de nuestra ciudad que acaban comiéndose una y contando veinte. Y pacen repartiéndose el pastel de nuestra historia como si hubieran aportado verdaderamente algo a su idiosincrasia.

Así que pendiente tiene Algeciras ese reconocimiento que no hizo en vida a Paco Prieto, así como igualmente pendiente está dar las gracias en forma de homenaje a Francisco García Corral, maestro en el colegio Puerta del Mar y gerente del Patronato Municipal de Deportes hasta su jubilación, que, entre otros grandes logros deportivos en forma de infraestructuras para la ciudad, volteó el mundo de la natación local y cimentó la sincronizada y el waterpolo. Sin duda, la piscina cubierta debería llevar su nombre.

Y ahí tenemos a otro grande de nuestro deporte en el mundo del atletismo, Paco Medina, que creó a nuestro biolímpico Enrique Talavera y que no tiene dedos en el cuerpo para contar campeones de España y de Europa.

Y es que en nuestra Algeciras casi todo lo que no se juegue con los pies permanece invisible, pero la grandeza de los pueblos está en saber honrar a los que ayudaron de una u otra forma a hacernos más grandes. Porque todos sumaron desde sus ilusiones para hacer una juventud algecireña más sana, más deportiva y mejor educada. Empecemos, pues, por enmendar el olvido existente a la memoria de Paco Prieto.

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