Ana / Vallecillo / Vallecilloana@Hotmail.com

Bibelot

el mástil

TODAS las personas alguna vez nos hemos obsesionado sanamente por una canción, un poema, una película, una flor, un lugar, una fantasía, un sueño, una amistad, un amor o una palabra, como es mi caso. He de reconocer que hacía tiempo que la vida no me regalaba tanto sin pedirme nada a cambio y este verano ha sido especial, tiene nombre propio y se llama bibelot.

Descubrí este galicismo, junto con dos amigos, leyendo la prensa una mañana como hoy el pasado mes de agosto en la cafetería algecireña Okay. Uno de ellos, un sabeloto adorable y guapísimo que me está robando el corazón, me dijo: ¿me puedes buscar en Internet qué significa bibelot? Y muy amablemente se lo busqué en mi móvil. En ese instante me enamoré de esta palabra y quién sabe si también del guapo sabelotodo al que hago referencia... Desde entonces el runrún de este vocablo permanece en mi cabecita cada día porque su significado tiene muchas posibilidades creativas, oníricas y de fantasías infinitas. Es más, Félix J. Palma tiene un relato impresionante llamado así.

Según el diccionario de la RAE, bibelot (del fr. bibelot) es una figura pequeña de adorno. ¿Es o no una maravilla de palabra? En su forma, en su contenido, en su pronunciación, en su todo. Pero la página web etimologias.dechile.net añade que este término está presente en la lengua francesa desde el siglo XV y que se formó por una repetición expresiva de 'bel-bel', doble apócope de beau que significa bello.

Ahora sí lo entiendo. En su origen un bibelot también era algo hermoso. Una palabra tan perfecta en toda su esencia no podía quedarse sólo en sinónimo de baratija o adorno por mucho que las pequeñas cosas sean exquisitas. Pues sí querid@s lectores he tenido la suerte de que la vida me haya regalado este verano un bello bibelot...

stats