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Una conocida periodista ha ganado el premio Planeta con el libro Las hijas de la criada y hasta una reina ha hecho 40 minutos de cola para que la autora le pudiera firmar un ejemplar. Este premio Planeta es uno de los más controvertidos de los últimos tiempos. La premiada es periodista del corazón y lleva un programa televisivo. Es reina de las tardes de una antena de televisión donde se sacan chismes y habladurías, entre otras cosas, y ha obtenido el gran premio Planeta que consiste en la publicación de la obra y un millón de euros. Además, tanto ella como su libro se publicitan al máximo, estará en todas las librerías y se harán un gran número de presentaciones que no serán como las que vemos a diario en nuestro entorno, que consiste en llamar a los amigos y allegados para que acudan a la presentación de tu libro y no siempre con mucho éxito.
Las presentaciones de los grandes premios tienen poco de literatura y mucho de marketing. Asisten a ellas allegados en intereses económicos e invitados al sarao político-mediático del momento.
Al fin y al cabo habrá que decir que hoy nos fijamos y centramos nuestra atención en el Premio Planeta 2023. ¿Pero cuántos escritores existen que sin ser una periodista mediática ganan premios de más o menos importancia que siguen estos mismos cánones?
Hay que tener en cuenta que existen premios casi debajo de las piedras y los que escriben se afanan en ganarlos; sabedores de que si lo consiguen serán aclamados en mayor o menor instancia, dependiendo del premio en cuestión. Verán su libro editado, cuando salga, y serán aclamados por quienes sustentan el premio. Además, ¡Eureka! les dan el pase para ser antologados. Pues bien sabemos que las antologías se nutren en gran medida por aquellos escritores que se alzan con premios y así se diferencian del mundanal ruido mediocre que les rodea (o eso creen) y además el antólogo verá respaldado su trabajo.
Todo esto y algo más es lo que se cuece en el mundo de la literatura y sus aledaños. “Vanitas Vanitatis” está a la orden del día. Escribir una literatura de escaparate que se exhibe en grandes centros comerciales y hasta se anuncia en televisión es el ideal de muchos escritores. Cuando en realidad es un acto de entrega y concienciación para expresar aquello en lo que se cree y por lo que se escribe. Desnudar el alma y crear es un acto de gran valentía y amor.
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