Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Los grandes estrategas
No se puede quitar ni un ápice de responsabilidad criminal al canalla que gobernaba la semirrígida y que decidió maniobrarla alrededor de la neumática del GEAS para luego pasarles por encima, sabiendo que sus hélices eran mortales de necesidad. No es una persona, es un inmundo desalmado, y los que los jaleaban desde el muelle, verdaderas alimañas sin valores ni humanidad. Que les caiga encima todo el peso de la ley a unos y otros. Pero también que se pidan responsabilidades a la alta autoridad que decidió poner en el agua y en tales condiciones meteorológicas la zodiac del GEAS: ni está diseñada para perseguir a otras embarcaciones ni para navegar en tales adversas circunstancias. Su función es el transporte de los submarinistas de la Benemérita donde estos tengan que sumergirse, incluso ríos o pantanos, lo que equivale que su potencia y estabilidad no es la que se precisaba. Personal abordo ajeno al marítimo, como los GAR, agrava el dislate.
La irresponsabilidad no puede ser mayor, aunque insisto, ello no ha sido la causa de esta terrible tragedia, que solo se puede atribuir a los asesinos. Lo que me pregunto es si tal misión suicida se impone políticamente para que el alcalde de Barbate no dejara en evidencia la recientísima visita del ministro.
También se ha hablado mucho de la falta de medios y de la diferencia abismal entre las motorizaciones del narco y las de la Guardia Civil (o de Aduanas). A quien lo diga desde fuera del Campo de Gibraltar no le faltará razón, pero decirlo desde aquí produce sonrojo cuando vemos la verdadera montaña de motores y narcolanchas que se han intervenido y que se pudren en el Muelle del Navío del Puerto de Algeciras y otros depósitos judiciales. ¿Es que tales potentes motores y embarcaciones no podrían ser puestos a punto de inmediato y utilizados por la Guardia Civil? Desde luego que no habría muelle suficiente si así se hiciera con eficacia. Quizá Barbate así podría estar cubierta y no en el limbo entre los límites de las comandancias de Cádiz y de Algeciras, y al final de ninguno.
Igualmente se pregunta uno por la ausencia de la Armada en los puertos de Algeciras, Tarifa y Barbate, donde debería tener presencia permanente, al menos con patrulleros y de Infantería de Marina que sirvieran como disuasión y como apoyo a las fuerzas de orden público; nuestra Ley y Directiva de Defensa Nacional lo permiten, por mucho que provoque escozor a algunos progres de salón. Téngase en cuenta que estas narcoembarcaciones son de otra nacionalidad, por estar prohibidas en España.
Igualmente podríamos preguntarnos por qué no hay helicópteros de la Guardia Civil en Algeciras y sí en otros puntos menos importantes. Lo de siempre, una mezcla de maltrato, desprecio y abandono de esta zona y de los que la protegen, por muchos planes fake que nos vendan.
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