Trenes rana y carreteras tortuga

Cada vez que alguien del Campo de Gibraltar coge uno de los conocidos como trenes rana que enlazan la comarca con Madrid se echa a temblar por si le toca alguna de las múltiples averías que sufren prácticamente cada semana y, en ocasiones, a diario. Cada vez que ocurre esto, el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, sale presto a denunciar la situación y a demandar mejoras en el ferrocarril, vital también para el desarrollo del puerto y su conectividad con el resto de Europa.

Andalucía Bay 2030 también tiene como principal leitmotiv la demanda de un tren competitivo para la comarca como motor económico del Campo de Gibraltar y cada viernes se concentra en la Plaza Alta de Algeciras para demandar celeridad en las obras mandatadas por Europa, que ya acumulan un retraso importante.

Se trata de una conexión en tren de otros tiempos. De hecho, si quisiéramos llegar a Cádiz capital en tren, tendríamos que pasar por cuatro provincias: además de la gaditana, Málaga, Córdoba y Sevilla. Toda una aventura.

Pero las carreteras tampoco le van a la zaga. La A-7 desde Algeciras hasta San Roque se desdobló en 1991, cuando tenía una intensidad media diaria de 26.999 vehículos. Ahora supera los 75.000 y sigue igual que entonces. Cada vez que hay un accidente o algún coche sufre una avería, retención al canto y un trayecto que se puede hacer en 15 minutos se puede extender hasta una hora.

Para esta carretera tortuga hay en algún cajón del Ministerio de Transportes un proyecto de circunvalación desde hace más de 15 años. La cosa es que nadie lo demanda con tanta vehemencia como el tren, y eso que se trata de algo que muchos campogibraltareños usan a diario para desplazarse a su lugar de trabajo. Y aquí va un ejemplo: en febrero 2018 el PSOE de Algeciras presentó una moción para instar al Gobierno (entonces con el PP) a ejecutar la variante de la A-7. Pedro Sánchez llegó a la Presidencia en junio de ese año y en septiembre el PP instó al Gobierno central a elaborar un proyecto para la variante de la A-7 entre Algeciras y San Roque. La pescadilla que se muerde la cola. A partir del 23 de julio, dependiendo quién gobierne, veremos qué pasa.

Pero si miramos para el oeste, tenemos la N-340, que después de muchos años de peticiones de unos y otros sigue sin desdoblar, acumulando retenciones en verano y accidentes graves e incluso mortales. Por el momento solo se está actuando en el acceso sur a Algeciras y hay aprobado un proyecto que no solucionará mucho: la instalación de siete rotondas desde la entrada de Tarifa hasta el acceso a Punta Paloma.