Verja kafkiana

El 5 de febrero de 1985 se realizó la apertura al tráfico de la verja de Gibraltar, por lo que el próximo lunes serán 39 años de apertura, pero de poca fluidez. Mucho hemos avanzado en estos años. Ahora incluso podemos ver en directo las colas, los tapones, las dificultades para entrar o salir de los trabajadores, las interrupciones de un buen acercamiento entre vecinos. Todo ello por motivos políticos y no técnicos.

En mi época de estudiante cantábamos canciones como A desalambrar, de Víctor Jara, aunque en realidad es una composición del uruguayo Daniel Viglietti del año 1967 del que Mario Benedetti escribió una interesante biografía. Esta canción me marcó y pensaba que el mundo sería mejor sin alambradas, con menos muros, carente de verjas.

Para mi familia, como para muchos linenses, el cierre de la frontera fue una pésima noticia y el inicio de una diáspora que no ha finalizado. En la Asociación de Vecinos de mi barrio, la Atunara, uno de sus colaboradores era Gonzalo Arias, al que admiraba por sus saltos de la reja de Gibraltar. Mi familia no estaba al otro lado de la verja, se marchó fuera de España, pero participaba en la recogida de firmas para su apertura. Tengo como una reliquia su libro Gibraltareños y Gibraltarófagos del año 1975. Por desgracia, en la actualidad, veo a muchos reclamando más muros y alambradas que la construcción de caminos y puentes que comuniquen, que den vida.

Cuando se cerró la frontera Gibraltar en el 69 se comprobó cómo un estado, el Británico, apoyaba de forma incondicional a sus súbditos, y el abandono por parte de otros gobernantes del Pueblo más cercano, La Línea de la Concepción. La situación de la Verja de Gibraltar es kafkiana. Primero fue La Condena del cierre, para en la democracia ilusionarnos con La Metamorfosis; y en la actualidad vivimos El Proceso sin fin, lleno de buenas palabras e intenciones, en el que todos quieren meter el cucharón en un posible cocido con mucha pringá a repartir. ¿Dejarán de nuevo a La Línea como cuarto trastero?

¿Cuántas rondas llevan ya? ¿Por la decimoquinta? Con tantas rondas esto parece la Conversación con el borracho. Los ciudadanos de a pie estamos en Contemplación pero pocos resultados vemos en nuestras calles. Ni unos políticos, ni otros, nos dan Resoluciones.

“A partir de cierto punto no hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar”.

Puede parecer que me estoy metiendo en política, pues no lo es. Soy marxista de Groucho Marx. Con esta columna solo deseo recordar el centenario de la muerte de Franz Kafka. Si el título de sus libros tiene un parecido con la realidad es mera coincidencia. El centenario de Lenin con su ¿Qué hacer? lo dejamos para otro día.