Notas al margen
David Fernández
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Se acabó la tranquilidad de muchos porque llegan las vacaciones y esos chavales, que tenían que acostarse a una hora programada porque por la mañana tenían que ir a un centro educativo, ya no tienen horario. El ruido ha llegado, pero también con él las risas y la chispa de la alegría.
Si tus hijos son adolescente se te acabó la bonanza del sofá porque te has convertido en su taxista oficial. Y si los tienes en edad universitaria, peor, porque se llevarán tu coche. La preocupación aumenta con la edad, como decía mi madre: “Hijos criados, dedos redoblados”.
Se acabaron la monotonía y los horarios preestablecidos. Ahora eres tú el que marcas las horas y no el reloj. Levántate cuando quieras, come cuando tengas ganas, pasea a tu perro. Si te apetece madrugar para disfrutar de un amanecer, hazlo; si prefieres un atardecer, pues también, y si prefieres trasnochar, pues disfruta de la noche.
Se acabó la ducha rápida para despertarte e ir al trabajo. Báñate en la playa que quieras, Levante, Poniente, Mediterráneo, Bahía o Atlántico. Tenemos donde elegir. Sin prisas, disfrutando del momento.
Se acabó la rutina televisiva. Pasa de las series que tienes machacadas y vete al cine. Descubre un nuevo bar, entra en el restaurante que nunca has pisado y prueba ese plato que nunca has pedido.
Se acabaron los días cortos, que con la oscuridad de la noche tempranera te dirigían hacia tu casa para buscar la dormida. Es hora de disfrutar de la luz radiante que te acompañará con brillante alegría.
Se acabó el ir revestido con ropas oscuras, tristes, es el momento de la blancura, de los colores vivos y radiantes que te recrean el día. De tener los pies encarcelados. Déjalos libres, que correteen por las arenas, por el poco césped que nos queda debido al precio del agua, y si no tienes arena o césped, que gocen de la frescura de la baldosa de tu salón.
Se acabó el libro eterno que llevas semanas en tu mesita de noche. Vete a la librería y escoge varios, empiézalos todos, solo veinte páginas de cada uno de ellos, y después continúa con el que te tome de la mano y te haga navegar por historias nuevas.
Se acabó el silencio de la noche: las fiestas y barbacoas de tus vecinos te despertarán. Levántate, coge una botella de vino e invítate a la velada, que es momento de crear vecindad.
Y sobre todo se acabaron los cansinos llantos de quienes tienen el puesto que anhelaban, pero como dolientes plañideras se quejan de las críticas a su gestión. Identificando equivocadamente las apreciaciones a su labor con un ataque a la asociación que en este momento presiden.
Tenemos grandes acontecimientos para este verano, pero el mayor evento eres tú. Disfruta de la vida y haz que disfruten los que están a tu lado.
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