Crónica personal
Un cura en la corte de Sánchez
Otro año más, después de la Feria de Algeciras, los jóvenes de la ciudad se quedan sin locales de ocio nocturno porque en verano la gran mayoría de ellos cierran durante el verano. No es una queja personal porque uno ya no suele frecuentar los pubs y discotecas y prefiere una terraza, en las que los chavales a lo mejor no encajan porque pueden tener al lado al amigo de su padre o a su primo mayor.
Durante los meses de julio y agosto, el botellón del Llano Amarillo, la mayoría de pubs de la calle Trafalgar y las discotecas se toman un respiro, que también lo es para los vecinos. Pero los más jóvenes tienen que buscarse la vida para salir de marcha en otras zonas del Campo de Gibraltar e incluso fuera, con el peligro que conlleva coger el coche de noche o madrugada y con alcohol de por medio.
Desde hace tiempo la oferta de ocio nocturno para los algecireños de entre 18 y 30 años en verano es prácticamente nula. Vale, no es que todo sea tomarse unas copas, hay conciertos y actividades que organizan el Ayuntamiento y algunas asociaciones en distintas barriadas y playas, sí. Pero no me vayan a negar que con esa edad en verano no iban ustedes a algún chiringuito de los que había en El Rinconcillo o en Getares o quedaba con sus amigos para ir de marcha a otras localidades.
No sé por qué los empresarios deciden cerrar estos dos meses en Algeciras. Si no abren porque no hay chavales que quieran meterse en un pub en verano –desde hace tiempo existe el aire acondicionado– o si la gente ya sabe que históricamente los pubs van a cerrar y ya directamente tienen la costumbre de no salir por Algeciras.
En mis primeros años de adolescencia pude vivir los últimos tiempos de los pubs de El Rinconcillo y más adelante pudimos vivir buenos momentos en el chiringuito que había en Getares, que de vez en cuando parece que se va a recuperar. En años posteriores, la marcha estival se desplazaba a las terrazas del centro comercial Las Palomas –que sigue fuerte gracias a locales como el Senda, el Templo y el Monet– o a La Terraza del paseo de la Cornisa, aunque ya hace unos años que cerró.
Ya en aquellos tiempos la oferta de ocio nocturno para los algecireños más jóvenes era pequeña y nos teníamos que desplazar a La Línea, donde los pubs del centro seguían abiertos en verano –como municipio costero y potencialmente turístico que es, como Algeciras– y además sumaba chiringuitos y carpas que se instalaban en la ciudad deportiva. Lo mismo que en Tarifa, donde abrían varias carpas en verano que acogían a multitud de algecireños exiliados durante las noches de los fines de semana del verano.
Muchos años después me sigo preguntando por qué cierra la mayoría de pubs en verano en Algeciras, que cada año ve aumentada su población.
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