Cambio de sentido
Carmen Camacho
Siquiera un minuto de silencio
Al sur del Sur
El pasado lunes, una publicación en X del eurodiputado ultra Alvise Pérez, apodo de Luis Pérez Fernández, abrió la mayor crisis a la que se ha enfrentado el gobierno municipal de José Ignacio Landaluce (PP) en los más de trece años que este lleva como alcalde de Algeciras. El agitador y líder de Se acabó la fiesta hizo públicos ese día varios pantallazos de un chat en Whatsapp entre tres personas en el que estas aluden a presuntos episodios de acoso por parte del regidor. Dos de las participantes de dicha conversación aparecen identificadas como Susana Pérez Custodio, presidenta de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar y concejal de Turismo y Comunicación en el Ayuntamiento de Algeciras, y Eva Pajares, delegada territorial de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía y edil con Landaluce entre los años 2011 y 2019. La tercera persona es quien realizó los pantallazos y no aparece identificada en el chat.
Solo hicieron falta unas pocas horas para que el mensaje de Alvise circulase por toda la ciudad y media España de teléfono en teléfono, pero a excepción de una web vinculada al eurodiputado, ningún medio de comunicación se hizo eco de ellos: su veracidad era imposible de demostrar. El hecho de que un cantamañanas, investigado por la Audiencia Nacional por presunta estafa y financiación ilegal de partidos, fuera quien lo había difundido no ayudaba precisamente a darle credibilidad.
Pensaron que la polémica se disiparía por sí sola, como una bomba de humo, pero erraron porque perdieron la oportunidad de construir un relato coherente desde el inicio
El PP algecireño, del que Landaluce es su presidente, organizó de inmediato en el Ayuntamiento una suerte de gabinete de crisis, preparado para dar una respuesta por si el supuesto escándalo saltaba a la prensa o si la oposición se decidía a ponerle el altavoz. La prudencia hizo que ningún comunicado de prensa saliera desde los despachos de la calle Convento o desde la dirección del partido para anunciar medidas legales contra el eurodiputado y negar el contenido difundido. No habría hecho falta entrar en detalle alguno sobre el contenido difundido para fijar un dique de contención y mostrar contundencia. Pensaron que la polémica se disiparía por sí sola, como una bomba de humo, pero erraron porque perdieron la oportunidad de construir un relato coherente desde el inicio.
El PSOE de Algeciras, tras muchas horas de consultas internas y a instancias de su dirección federal, se decidió a las 21:30 a lanzar una nota de apoyo a las dos políticas aludidas en su condición de “víctimas” y pedir públicamente explicaciones a Landaluce. Hacía pocos días que el escándalo en torno a Iñigo Errejón había saltado a la luz pública y el alcalde y senador se trata, en términos políticos, de una pieza de caza mayor equiparable a la del ex portavoz de Sumar en el Congreso. No obstante, no todos en el PSOE estuvieron de acuerdo en emitir ese comunicado porque iba más allá de una línea nunca antes superada y por lo que supone: una ruptura total de relaciones entre los dos partidos de gobierno de la corporación algecireña. Hubo incluso quien se disculpó con Landaluce: “Es cosa de la federal”.
Desde mediados de 2022 eran varias las personas que conocían de la existencia y del contenido del citado chat
Para los socialistas, en efecto, el hecho de salir públicamente a rebufo de Alvise comportaba un gran riesgo, si bien había un dato a tener en cuenta: desde mediados de 2022 eran varias las personas que conocían de la existencia y del contenido del citado chat a través de una fuente directa. Si nadie se había decidido a sacarlo a la luz había sido por no situar a las dos concejalas en un brete personal y por la más que presumible negativa de ambas a certificar que los comentarios eran suyos.
Tras el comunicado del PSOE y pasadas tres horas y media, al filo de la medianoche, se produjo la réplica del PP, acusando de forma directa a la portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Rocío Arrabal, de hacerse eco del chat “sin ningún contraste”, con el único objetivo de dañar la imagen de Landaluce, de falta de rigor y de difamaciones. Se echaba en falta en ese comunicado de los populares un aspecto clave: el anuncio de medidas legales contra Alvise y contra todas las personas que de una forma u otra habían contribuido a difundir el contenido literal del chat.
Ya por la mañana, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, aseguró en esRadio que la dirección popular había hablado con el alcalde algecireño y que “el asunto” había sido “automáticamente aclarado”, en contraposición a lo sucedido con casos similares que afectan a otros partidos. “El asunto”, sin embargo, distaba de estar resuelto, como el mismo PP confirmó a lo largo del día por medio de dos dirigentes más que cualificados: Miguel Tellado, portavoz en el Congreso, que hizo un llamamiento a la “cautela” ante lo sucedido, y la portavoz del Gobierno andaluz de Juanma Moreno, Carolina España, quien lejos de despejar dudas sobre la actitud de Landaluce aseguró que el PP había abierto “una investigación” sobre lo sucedido.
En paralelo y desde el Ayuntamiento, Pérez Custodio y Pajares hicieron llegar a los medios de comunicación desde sus cuentas de correo personales y de forma prácticamente simultánea dos breves comunicados casi calcados en los que defendían la “integridad y profesionalidad” del alcalde y tachaban de “falsedad” las acusaciones de Alvise, quien además de publicar extractos del chat había afirmado que ambas habían sido “premiadas” por Landaluce ascendiéndolas a presidenta de la Mancomunidad y delegada de la Junta, respectivamente.
En la misma línea se pronunciaron los concejales del PP en la corporación algecireña, sin Landaluce presente, a través de la emisión de un vídeo, grabado en el salón de plenos del Ayuntamiento, en el que el primer teniente de alcalde, Jacinto Muñoz, dio lectura a un escrito, flanqueado por las dos afectadas y acompañado de los demás ediles populares. "Desde el equipo de gobierno de Algeciras expresamos nuestro profundo apoyo al alcalde José Ignacio Landaluce y a nuestras compañeras Eva Pajares Ruiz y Susana Pérez Custodio. Nos encontramos firmemente unidos frente a estos ataques sin fundamento que buscan desacreditar el trabajo comprometido que realizamos día a día por el bien de Algeciras. Somos testigos de la dedicación y esfuerzo con los que José Ignacio Landaluce lidera este proyecto y estamos convencidos de su transparencia y honestidad en todas sus actuaciones", sostuvo Muñoz.
Al tratarse de personas públicas, elegidas por los ciudadanos, no debería quedar el asunto en una simple negativa. Deberían actuar contra quien difundió esa información y contra quien pudo facilitársela", defiende el magistrado Gutiérrez Luna
En esa línea, la dirección provincial de los populares gaditanos indicó que Landaluce había “negado categóricamente la denuncia” de Alvise y que “las compañeras aludidas en la denuncia, de manera individual, han remitido sendos escritos desmintiendo categóricamente haber sido objeto de acoso o agresión sexual por parte del alcalde de Algeciras y han expresado su deseo de desmentir públicamente la denuncia".
Sin embargo, no se trataba ya de Alvise, que a las pocas horas había retirado la publicación con los pantallazos al tiempo que invitaba a sus seguidores a hacerle llegar más información al respecto, sino de las lagunas presentes en las respuestas ofrecidas, seguida de la investigación abierta al respecto por el PP-A.
“Los mensajes de Whatsapp son, hoy día, un medio rápido de comunicación usados en todo el mundo. Y si bien pueden ser un medio de prueba entre quienes se comunican, en cambio es delictivo que una tercera persona ajena les dé publicidad sin haber sido parte en la conversación”, advertía el magistrado Manuel Gutiérrez Luna en una tribuna publicada en Europa Sur el pasado día 31.
“Las dos concejalas”, añadía el ex presidente de la Sala de Apelación del TSJA, “están en su pleno derecho de manifestarse como lo han hecho: negando la certeza los hechos, sin dar otra explicación. Pero al tratarse de personas públicas, elegidas por los ciudadanos, no debería quedar el asunto en una simple negativa. Según mi criterio, deberían actuar contra quien difundió esa información y contra quien pudo facilitársela. Y de haberse alterado el contenido de las conversaciones, que bien parecen un chat entre compañeras para comentar vivencias diarias, debería ampliarse la denuncia por falsedad en documento y con publicidad”.
Nadie ha afirmado que el polémico chat no fuera real o que, en concreto, las dos políticas no fueran las autoras de los comentarios
El hecho de que ni las dos políticas, ni el propio Landaluce, hayan aludido después de casi una semana a la posibilidad de emprender esas acciones penales contra Alvise y quienes han dado difusión a los pantallazos del chat es lo que hace imposible vislumbrar coherencia en el relato de los populares algecireños. El alcalde, además, no ha comparecido aún públicamente para dar explicaciones, lo cual tampoco contribuye a zanjar la polémica.
Es más, aunque los esfuerzos se han centrado en decir que no ha habido actitud reprobable por parte del regidor, nadie ha afirmado que el polémico chat no fuera real o que, en concreto, las dos políticas no fueran las autoras de los comentarios sobre supuestos episodios de acoso relatados. Y si el chat fue un montaje u objeto de manipulación, como apuntaba Gutiérrez Luna, razón de más para acudir a los tribunales.
Por desgracia para todos, especialmente para las víctimas de lo ocurrido, y para la imagen del Ayuntamiento, quedan bastantes incógnitas para poner punto final a un asunto de gravedad que, lejos de olvidarse, seguirá latente mientras no se den las explicaciones oportunas. El PP tiene tarea por delante si quiere marcar distancias respecto a otros casos.
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