
Diafragma 2.8
Paco Guerrero
De lección
Si hay una periodista que admiro en la redacción de Europa Sur es Gloria Sánchez-Grande. Y que me perdonen sus compañeros. Es intuitiva, audaz, mordaz y escribe como Chaves Nogales. Pero hace poco se ha resbalado, tengo que reprochárselo.
Gloria, en su reciente artículo sobre las goteras del Museo Municipal de Algeciras, erró al referir las mismas como “problemas de mantenimiento” y “símbolo del abandono institucional”. No, no es así Gloria, siento discrepar.
¿Es que no sabes que el urinario de Duchamp alcanzó un precio de subasta en Sotheby’s de Nueva York de 1.762.500 dólares? Aquí hemos ido mas allá, aunque no lo hayas sabido ver, querida Gloria. Aquí las goteras son una buscada e innovadora perfomance de arte conceptual, una expresión artística líquida y natural, rompedora (del techo) donde las haya.
Pero no te quedes ahí, Gloria. Las humedades son un genial reflejo artístico metafórico entre el pasado y el presente, entre el deterioro y la libre creación, sin que podamos discriminarlos solo porque sus autores sean hongos no subvencionados. No sé si lo comprendes.
Y deleita escuchar el etéreo hilo musical de las gotas cayendo en lo que tú crees que son cubos del Mercadona, pero que no. Ello produce una experiencia sensorial que se completa con el fétido olor a lo que parece humedad, moho y putrefacción de las escayolas para muchos, pero que no es tal; es una creativa recreación que nos lanza un inteligente aviso sobre la atmósfera de podredumbre que podríamos vivir de no tener este oasis de cultura que criticas.
Pero, además, parece sorprendente que no hayas sabido percibir que las manchas de humedad no son un desperfecto en las paredes, sino una arrebatadora expresión de arte abstracto, a la altura de las obras de Pollock.
Y si no lo ves así, que venga Pilar Pintor y te lo explique. Y, además, que te dé los números de lo que nos ahorramos en restauradores innecesarios. Porque nuestro museo evoluciona y tiene vida propia. Toma nota de esto, que verás cómo pronto se copian en el MOMA de esta nueva corriente de arte performativo que refleja la lucha entre el hombre y la naturaleza, entre lo efímero y lo eterno.
Gloria, permíteme que en definitiva te diga que el Museo Municipal de Algeciras es una excepcional muestra del excelente estado de la cultura local, como lo es el novísimo Museo de la Navegación, donde las humedades reflejan el cautivador ambiente marino que es objeto de exposición. Y si lo expuesto se moja un poco, seguro que más valor tendrá.
No te equivoques, Gloria. ¿Es que no sabes que el arte no es sino una manifestación de la realidad? Y en Algeciras, la realidad a veces se torna húmeda, decadente, putrefacta, pero a su manera maravillosamente auténtica. Pero, por favor, que alguien le explique esto a Gloria Sánchez-Grande.
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