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Enrique García-Máiquez
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Los ciervos se reúnen en septiembre, tanto machos como hembras, para asegurar la reproducción. El resto del año, los machos adultos vivirán en grupos más o menos numerosos separados de las hembras que formarán grupos con las crías de los dos últimos años.
Que se unan para reproducirse en una época concreta del año es algo que hacen muchos animales: los gamos en octubre, el muflón y la cabra montés en noviembre, el corzo en junio-julio, e incluso peces como la dorada en diciembre.
¿Qué provoca que se reactive todo el proceso hormonal para la reproducción en un momento concreto? El fotoperiodo: horas de luz asociadas a una temperatura. En la latitud del Campo de Gibraltar, para el ciervo coincide con las fechas del 15 al 26 de septiembre. En estas fechas se encuentran activos el 100% de los ciervos, aunque siempre algunos pocos berrean antes y después.
Todo esto se manifiesta con el famoso berrido del macho, con el que parece que pretende intimidar a competidores y atraer a las hembras. Éstas, en este periodo, aparentan desinterés pero en realidad de algún modo seleccionan al macho en parte por el volumen de sus cuernas.
El macho suele vivir unos 13 años y desde los 8 tiene las cuernas ya en su mayor tamaño. Las hembras, que no tienen cuerna, pueden vivir hasta los 20 años y curiosamente hasta casi el final están criando. Serán fértiles a partir del tercer año. Con una buena alimentación que le lleve a tener mayor tamaño, se adelanta a dos años.
Durante la berrea, los machos luchan entre ellos para asegurar la cubrición de un número de hembras. Esa lucha puede tener fatales consecuencias. Es normal encontrar algún ciervo muerto después del periodo de la berrea. Ellos saben lo que se juegan y el recurso de la lucha es el último en usar. Antes se intimidan con los berridos y con acercamientos mostrando el potencial de sus cuernas. Es fácil ver dos ciervos andando en paralelo con actitud intimidatoria. El macho hace un gran esfuerzo en la berrea, llegando a perder un 20% de su peso.
La cuerna del ciervo es del mismo material que los huesos: trifosfato cálcico. Son muy duras y las puntas peligrosas. Bien es cierto que éstas tienen un diseño que facilita que se traben entre ellas en la lucha, evitando el contacto con el cuerpo y sus partes vitales.
En esta época es casi la única de todo el año en las que se puede ver a los grandes machos. Suelen ser muy prudentes y fuera del celo salen a alimentarse sobre todo por la noche, y por el día estarán en las zonas más densas del bosque. Durante el celo pierden ese carácter prudente. La berrea se suele ver al atardecer y amanecer. Por la noche están muy activos.
Ciervos han existido en nuestra comarca desde la prehistoria. Es el animal más representado en las pinturas rupestres de nuestros abrigos. Este septiembre puede ser una buena oportunidad para conocerlos mejor.
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