Yo te digo mi verdad
Un mundo de patriotas
Tribuna/EL Informe mundial del cáncer de 2008 presentado por la OMS, señala que podrían sufrir cáncer 27 millones de personas en 2030 y otros 17 millones morir ese mismo año. 75 millones de personas estarían viviendo con cáncer dentro de los 5 años del diagnóstico. Supone un fuerte incremento en relación a 2007, cuya incidencia fue de 12 millones de casos nuevos y 7.6 millones de muertes, unas 20.000 muertes diarias por esta enfermedad. De éstos, 5.6 millones fueron diagnosticados en países en vías desarrollo, estimándose unos 4.7 millones de muertes por cáncer. Para el 2030, el 60% de las muertes ocurrirá en estos países si no se toman las medidas oportunas. La mortalidad seria de unos 10 millones para el 2020.
Los tumores malignos están creciendo a mayor ritmo en los países de ingresos medios y bajos, mientras que en el mundo desarrollado están disminuyendo lentamente; un 0.8% por año en los Estados Unidos, entre 1999 y 2005, como consecuencia de las medidas preventivas. Otro hecho negativo en estos países en vías de desarrollo es que entre el 80 y el 90% de los pacientes son diagnosticados en estadios avanzados e incurables, como consecuencia de la pobreza, de un déficit alarmante de las estructuras sanitarias y de un menor conocimiento sobre salud de la población. El cáncer provoca hoy más muertes por año que la tuberculosis, la malaria y el Sida juntos.
Se calcula que 1.700 millones de individuos en el mundo eran adictos a la nicotina en 2005, de ahí que el tabaco continúe siendo la principal causa de cáncer, pero también la causa más evitable. En los países desarrollados ha disminuido el consumo en la ultima década, todo lo contrario a lo ocurrido en países en vías de desarrollo. El 67% de todo el tabaco producido fue consumido en 1998 en estos países, donde es responsable del 12% de casos de cáncer, porcentaje que está creciendo de forma significativa. El 25% son debidos a infecciones crónicas como VPH, helicobacter pílori, virus de la hepatitis B y C, VIH... Se espera que los mayores incrementos sucedan en China, India y otros países de ingresos medios o bajos. La incorporación en estos países al estilo de vida occidental, no solo del tabaco, sino también de un mayor incremento de dietas ricas en grasas, comida rápida, disminución de la ingesta de frutas y menor actividad, unido a un aumento importante de la población (38% para 2030), explica el incremento de incidencia del cáncer.
Debido a que deben pasar al menos 40 años entre un cambio de hábitos y el mayor incremento de cáncer, lo peor en los países en vías de desarrollo está por llegar. El cáncer de pulmón se incrementa de forma significativa por la epidemia de tabaquismo existente. El cáncer de mama presenta un incremento del 5% al año. Incrementos que también se constatan en cáncer de estomago, cabeza y cuello e hígado. El cáncer de cuello uterino relacionado con el VPH es mucho mas frecuente en los países pobres, mas del doble, pero las diferencias en posibilidades de curación son llamativas, de un 5 o un 10% frente a mas del 80% y donde los planes preventivos están prácticamente ausentes, sin poder afrontar los costes de la vacunación. Según un informe de la OMS, 650 mujeres mueren al día por cáncer cervicouterino. Los cánceres relacionados con el sida también son muy frecuentes, sin embargo han disminuido en los países desarrollados, debido a las posibilidades de tratamiento. La mortalidad por cáncer en la infancia en los países desarrollados ha disminuido drásticamente en las últimas décadas, el 75 u 80% van a ser curados; en los países pobres estas cifras son solo del 10 ó15%.
A pesar de que esos países de ingresos bajos o medios tendrán mas de 10 millones de casos nuevos en el 2015, sólo disponen de un tercio del aparataje de radioterapia. En el mundo desarrollado existe un aparato por cada 250.000 habitantes. Etiopia con 60 millones de habitantes sólo disponía de un aparato de radioterapia en 2003 y hay más de quince países africanos y otros de Asia, que no disponen de ninguno. No pueden afrontar el coste por lo que las posibilidades de mejorar la asistencia oncológica son muy remotas.
Muchos países de ingresos medios y bajos no podrán hacerle frente a los costos de la quimioterapia antineoplásica. Les resultará imposible disponer de todos los fármacos actuales contra el cáncer y menos aun de los nuevos fármacos contra dianas específicas cuyos precios son muy superiores a los clásicos fármacos citotóxicos. Hasta los países desarrollados pueden tener problemas de financiación.
Si no hay actuaciones correctas en los próximos 20 años, más del 60% de las muertes por cáncer serán en estos países en vías de desarrollo. Son cifras terribles, que tendrá enormes repercusiones en los sistemas de salud, en los presupuestos sanitarios y en los esfuerzos para disminuir la pobreza, independientemente de todo lo que supone en sufrimiento humano. Asistiremos a este nuevo drama, mucho más grave que el ocurrido con el tratamiento de los pacientes con VIH en estos países.
El incremento del número de enfermos, la insuficiencia de recursos económicos para ellos y el encarecimiento de los tratamientos condicionarán la prolongación por décadas de esta tragedia. La comunidad internacional está obligada a acudir en ayuda de esta gran parte de la humanidad, induciendo una mayor equidad y justicia social, fundamentos básicos de la dignidad humana.
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