Los cañeros de Algeciras

08 de febrero 2023 - 01:33

Corrían los ochenta y yo era un universitario de los cañeros, de izquierdas, de La Bajadilla, el quinto en una familia humilde a la que nunca le faltó el pan pero que no tuvo lujos. Un alumno de Magisterio que hizo sus prácticas en el colegio Campo de Gibraltar, en el que estudié de niño cuando se llamaba Generalísimo Franco, y en el que me envenené con el Carnaval gracias a mis hermanos Eduardo y Manolo.

Ellos ya salían con Chano en las comparsas "Duendes de Las Salinas" y "Arponeros de mi tierra" y yo no tardé en debutar, sin pena ni gloria, con música de Pepe de la Paz y la dirección de Curro, como autor chirigotero de "Los que lo saben tó". Después llegaron mis comparsas "Dando caña", "Sin salir de la miseria", "Sin trampa ni cartón", "De nuevo en mi sueño", "Plaza Alta", "Algeciras", "De caramelo", "Apuesto por ti" y un largo carrusel hasta acabar con "Los saltimbancos" -con Pavo y Antoñito Moncada de director-, compartiendo autorías con músicos como el propio Pepe de La Paz, Pepe Luis Rodríguez, Pepe El Guardia y el insigne Enrique Villegas.

Ahí las cosas ya fueron mejorando y en mi época de presidente de la peña "Agua Clara" me tocó vivir unos maravillosos y cañeros años del carnaval algecireño desde La Bajadilla, desde la oposición, desde el lado no oficial del carnaval, que por entonces encarnaban con rotundo éxito y trascendencia en la ciudad las peñas Cine Cómico y San Isidro, en el barrio del mismo nombre. Eran los tiempos de los pasodobles críticos a los concejales José Mari Foncubierta y a Antonio Berrocal, de "domingos de adas" por todos los rincones de Algeciras, de enchufados alojados por el ayuntamiento en el hotel Octavio, de mi enorme amigo Antonio Quirós marcando el paso de todo, de Pedro Rivas luchando como un gladiador desde su despacho de director en el colegio para sacar a flote la Semana Cultural Carnavalesca de La Bajadilla, del apoyo que siempre me dio Rafael Montoya como patrón mayor de la Cofradía de Pescadores y de Juan Muñoz desde la panadería de su San Pablo de Buceite.

Por entonces, el carnaval nos sirvió para reivindicarnos, para cantar las cuarenta a esos que vivieron el esplendor de nuestra fiesta pegados al concejal de turno mientras otros íbamos de puerta en puerta por los negocios del barrio para sacar adelante los tipos y las actividades que no aparecían en el programa oficial del ayuntamiento, para divertirnos de la mano de El Turri en un teatro Florida con gallinero y estrella, convertido ahora en un teatrito menos estrellado, y también nos sirvió, y eso fue lo más valioso, para quedar eternamente enamorados de las coplas.

Y las cosas de la vida, cuando pasan más de 30 años desde que empezamos en las trincheras de nuestro denostado barrio peleando por lo nuestro, la gente del carnaval de 2023 me nombra "personaje popular" para orgullo y satisfacción del que suscribe. Algo quedaría. Gracias de todo corazón.

stats