Mi carta a los reyes magos

16 de diciembre 2024 - 03:05

Se acerca la época más mágica del año. Las luces y árboles brillan en las calles, los gorros de Papá Noel brotan y es el momento de hacer la carta a Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente. Cuando no era más que un inocente y pizpireto niño de seis años, pedí la Game Boy con el Pokémon Esmeralda y la paz en el mundo. La Game Boy y el juego me los trajeron, pero lo otro, viéndolo con perspectiva, era más difícil.

Precisamente en un momento en el que cada vez veo menos posibilidades de jubilarme, no porque no vaya a tener pensión (eso da para otra columna), sino porque igual a alguien se le va el dedo con el botón que no es y nos hace doblar la servilleta antes de tiempo, le voy a pedir a los Reyes un poco de sensatez a los líderes mundiales. Aquí rige la norma de a ver quién la tiene más grande, pero los ciudadanos de a pie, sobre todo los de otros países que no están en guerra, no queremos vernos perjudicados por incomprensibles ambiciones.

No salgo de la política, aunque ahora me vengo a nuestro país. Espero que los Reyes (los Magos, no los de Zarzuela) consigan que nuestros políticos se pongan de acuerdo por una vez y rebajen el tono. Resulta grotesco que cada vez que uno se quiera informar sobre la actualidad del país lo único que encuentre sean reproches constantes y ataques cruzados. El debate político debe enriquecer y hacer partícipe a la ciudadanía, no lo contrario.

También les voy a pedir por nosotros. La tragedia de Valencia nos ha demostrado que la solidaridad sigue existiendo en nuestra sociedad más allá de las redes sociales cuando más falta hace, pero tampoco sobra si la expandimos un poco a nuestro día a día. Seguro que todos tenemos cerca a alguien que necesita un poco de ayuda, a ver si Sus Majestades nos ayudan a darnos cuenta.

Por último y no menos importante, les voy a pedir a los Reyes Magos una manita con la salud mental. Los tabús al respecto cada vez se van levantando, pero en mayor o menor medida casi todos necesitamos algo de ayuda en ese aspecto en esta sociedad que tanto nos satura. A ver si nos dejan debajo del árbol más psicólogos en la sanidad pública y más conciencia al respecto, que no sobran.

Podría pedir muchas cosas más, como dinero y esas cosas que no dan la felicidad pero sí que ayudan mucho a conseguirla. Por lo pronto, que podamos seguir disfrutando de los nuestros, aparte de pedir salud y esos otros clichés propios de las felicitaciones de año nuevo, aunque eso mejor se lo pido a 2025 para no sobrecargar a los camellos y heraldos reales. Espero que vuestros árboles queden rodeados de vuestros deseos. Feliz Navidad a todos.

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