El chef José Andrés, Bolonia y el trumpismo

30 de enero 2025 - 03:06

Debo confesar que, entre mis muchas carencias, está la falta de reconocimiento de la alta cocina. No me ha llamado mucho la atención los restaurantes con estrellas ni los chefs de renombre. No obstante, para mí, el chef José Andrés está en otra categoría completamente diferente. Considero que es un referente, no por su cocina, que no la he probado, sino por su iniciativa para fundar una ONG, World Central Kitchen (WCK), dedicada a proporcionar comida en gran parte del mundo en zonas devastadas por desastres naturales y conflictos armados.

Siendo el alimento fundamental para la supervivencia del ser humano, proporcionarlo en situaciones de riesgo tiene un gran valor y mérito. He admirado la valentía de su organización al prestar atención a Gaza en la que Netanyahu está utilizando el hambre como arma de guerra contra la población civil, verdaderamente un terrible crimen en contra de los principios básicos del derecho internacional humanitario. WCK fue atacada dos veces en Gaza con la muerte de varios de sus trabajadores. También estuvo presente muy pocos días después de la dana en Valencia atendiendo a los más necesitados cuando todavía el presidente Mazón seguía de sobremesa. Todo eso le hace merecer un especial reconocimiento como referente.

Precisamente por ser un referente en valores sociales, me ha llamado poderosamente la atención la noticia de un posible proyecto en el que está implicado para promover un complejo turístico en Bolonia. Me extraña que si pretende hacer una inversión en esa zona no haya sido previamente informado de que la zona donde pretende levantar el complejo está protegida con el máximo nivel de protección del derecho internacional, europeo y nacional al estar incluida dentro del Parque Natural del Estrecho, la Red Natura 2000 y la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo. Entristece pensar que, viniendo de Estados Unidos, donde el trumpismo ha puesto el valor del dinero por encima de todo y las instituciones y el derecho sometidos al interés de una oligarquía, pretenda importar un modelo de trumpismo soft en la que es consciente que la Junta de Andalucía como garante del cumplimiento de la normativa, le facilitará todos los trámites mirando a otro lado.

Posiblemente se habrá informado que la administración autonómica no está precisamente muy comprometida con la protección del medio ambiente y el cumplimiento de las normas medioambientales. Espero equivocarme en pensar que él considere que estas circunstancias multiplicaran su cuenta corriente, único valor del trumpismo. Espero equivocarme y que se haya informado que el territorio protegido tiene un valor más allá del económico al configurar un paisaje y unos valores naturales que pertenecen a toda la sociedad, no de una oligarquía.

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