Isabel M. Beneroso Lopez

La comarca clama por la igualdad

Tribuna de opinión

Hoy se sentarán ocho hombres en los sillones de las alcaldías

La manifestación de marzo.
La manifestación de marzo. / Erasmo Fenoy

14 de junio 2019 - 06:00

La comarca del Campo de Gibraltar se ubica en un enclave geoestratégico excepcional y ello debería convertirse en una fuente de oportunidad real.

Desde el consenso se habla de las posibilidades de crecimiento y del motor económico y social que supone nuestra comarca para la provincia de Cádiz y Andalucía, sin embargo, queda lejos de lo que deseamos sea un lugar de oportunidades, en muchas ocasiones por la falta de concreción en medidas que ayude a paliar los déficit estructurales, y en otras, la falta de unión o los localismos que hacen que se pierda el global de las reivindicaciones, en muchos casos ya históricas.

Si la comarca clama por la igualdad en su conjunto, no pasa desapercibido que este salto cualitativo tiene que llevar aparejado su reflejo también en una apuesta decidida por dar paso a cuotas de poder femenino. Un articulo de Europa Sur del 9 de marzo de 2018 se abría paso con un titular: La Comarca clama por la Igualdad. En sus páginas se mostraba como el movimiento feminista, el de a pie, aquellas mujeres que representan mas de un 50% de la población de la comarca alzaba su voz para señalar desigualdades reales.

El pasado 26 mayo de 2019 nos dimos cita en las urnas, hemos ejercido nuestro derecho al voto, las mujeres desde 1931, y se ha obtenido una representación democrática que emana de las urnas.

Es cierto que se han obtenido resultados diversos pero su mapa actual no es fiel reflejo de la realidad de quienes compartimos la comarca. Históricamente solo hemos tenido en puesto máximo de responsabilidad comarcal: una alcaldesa en La Línea, una alcaldesa en Los Barrios, una presidenta de Mancomunidad y la recién nombrada subdelegada de la Junta de Andalucía.

La representatividad de quienes hemos ejercido el voto no se refleja en la representatividad del poder: estamos, pero no llegamos. Es el momento de situarnos en la reflexión, de dar la oportunidad a nuevos liderazgos femeninos que evolucionen a una mayor distribución del poder, no se trata de ejercer políticas destinadas a equilibrar sino de hacer efectivas las políticas que nos lleven a ocupar puestos de toma de decisión.

Y en este devenir podemos señalar como ejemplo: en la ciudad de Algeciras, cuyo urbanismo ha crecido a lo largo del tiempo de forma caótica y desordenada, no se ha dado la circunstancia que una mujer pueda estar al frente de la gestión urbanística o tampoco de Hacienda y economía, siendo los instrumentos: Plan General de Ordenación Urbana y el Presupuesto Municipal desde el que se marca toda la acción política local. O también como ejemplo: el próximo día 15 de junio se sentarán ocho hombres en los sillones de las alcaldías de los distintos municipios, en la Presidencia de la Autoridad Portuaria o en la Coordinación del Gobierno Central también está siendo históricamente ocupados de forma masculina.

Es el momento de remover los obstáculos que hagan trascender a la mujer como la primera en algo

El artículo 9.2 de la Constitución Española dice que corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sea reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud facilitar la participación de todos los ciudadanos y ciudadanas en la vida política, económica, cultural y social.

El debate político queda abierto, en estos días, asistiremos a propuestas de cargos que hoy por hoy solo reflejan el continuismo, es el momento de remover los obstáculos y romper estereotipos que hagan trascender a la mujer como la primera en algo, como si ella fuese mirada a través de un microscopio que señala más la excepción que la normalidad.

Es por ello, el año 2019, el año que nos permita crecer: desde la unión para reivindicar, a través del consenso político y la pluralidad. Y hacer efectiva y real que la mujer se situé en puestos de toma de decisión.

Es necesario y es un momento clave para lograr un mayor peso político para la comarca que se refleje en todos las Instituciones locales y supramunicipales, pero es imprescindible que vaya de la mano de una mayor representatividad de la sociedad, y esta se compone de hombres y mujeres.

Por ello, la comarca exige igualdad real.

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