
Diafragma 2.8
Paco Guerrero
De lección
Ala reunión del Colegio Cardenalicio de la Iglesia para elegir a un nuevo papa se le llama cónclave, un nombre que tiene su origen en la expresión latina cum clave (con llave). Dos circunstancias han llevado a la actualidad a esta junta de cardenales. El delicado estado de salud del actual Papa Francisco ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que próximamente seamos espectadores de un nuevo cónclave ya sea por el fallecimiento del Santo Padre o por la renuncia del mismo al cargo en razón de su deterioro físico.
Coincidentemente, se estrena en los cines Cónclave, una película que, en forma de thriller, narra las intrigas y estrategias que utilizan las diferentes facciones de cardenales para elevar al cargo de Obispo de Roma a su propio candidato. Una conspiradora y poco cristiana trama (no muy alejada de la realidad) que el director expone paralelamente a la detallada descripción de la liturgia y los ritos de la ancestral ceremonia.
Sin embargo, no fueron los cardenales los iniciadores de esta rigurosa costumbre de estar encerrados bajo llave hasta que uno de ellos fuese elegido papa, sino que más bien fue el pueblo el que propició el método para que la designación papal se demorase lo menos posible. En 1261 murió Clemente VI y debido a la lucha política interna entre los cardenales, hasta la elección de su sucesor pasarán casi tres años: el período más largo en que la santa sede estuvo vacante en la historia de la Iglesia. Fue la decisiva intervención del pueblo de Viterbo (norte de Italia) la que originó, en sentido estricto, el nacimiento de la institución del cónclave.
Fue en su Palacio Papal (la Curia Romana había sido trasladada a Viterbo por el Papa Alejandro IV) donde los 18 cardenales reunidos para elegir papa no se ponían de acuerdo. El pueblo se impacientó y decidió acelerar la elección con los medios que tenían a su alcance. Con San Buenaventura (superior general de los Franciscanos) a la cabeza, los fieles encerraron bajo llave a los cardenales tapiando puertas y ventanas. Pasados dos meses y ante la indecisión de los electores, se tomó la medida de racionarles la comida y en último extremo la dejaron reducida a pan y agua. Como último recurso, en pleno invierno quitaron el techo de la sala donde se reunían y ya fuese por el hambre, el frío o el miedo los cardenales terminaron eligiendo a Gregorio X quien pronto estableció la bula Ubi periculum (En caso de peligro) como método para la elección de un papa formalizando así las tácticas adoptadas por San Buenaventura en Viterbo. Zurbarán dio fe del suceso en el cuadro San Buenaventura en oración (Galería de los Maestros Antiguos de Dresde). Piadosamente, el pintor atribuyó a la plegaria del santo lo que no fue otra cosa que coacción.
También te puede interesar
Diafragma 2.8
Paco Guerrero
De lección
El balcón
Ignacio Martínez
Tregua papal de Trump
Las dos orillas
José Joaquín León
Vaticanistas