03 de enero 2025 - 03:05

Estamos asomados a un precipicio en una espiral de gobernantes ultrarricos que usan la democracia para llegar al poder e imponer sus programas antidemocráticos. La desmovilización ideológica de la población media, que no es una estrategia de aquellos sino el mismo fenómeno, nos condena a que se ejecuten sus locuras totalitarias y semejamos ya cerdos inconscientes en el pasillo de un matadero.

La deslegitimación de quienes, con todos sus delitos y penas, han sido gobernantes representativos de una voluntad general de convivencia, es el método. El problema radica en que es muy difícil sustraerse a la tentación: las crisis climática, migratoria y redistributiva están haciendo parecer inútiles a quienes no proponen ingeniosidades imposibles de cumplir, además de negar estas tres evidencias; lo curioso es que para devolver la capacidad de decisión a la política habría que tocar estructuras contra la industria petrolera y de consumo, regular y promover la migración y controlar los beneficios para redistribuir y evitar el colapso de la clase trabajadora, y aquí la ideología dominante ultrarrica usa su anatema: ¡Liberticidas!, claman.

Si la izquierda es responsable por inútil, cegada por lemas y doctrina, la derecha liberal lo es por suicida... arrojada en los brazos de estos totalitarios por una borrachera del ejercicio de gobernar que los llevará a su propia aniquilación, véase el Partido Republicano de USA o las derechas europeas pactando con sus enemigos. Cuanto más cínico parece nuestro PP contra la mayoría parlamentaria, mejor firma su sentencia de muerte en brazos del falangismo más vulgar. Qué horror. ¿No es alucinante que la Humanidad haya sustituido el Estado del Bienestar por el turismo? Sólo un idiota haría eso, pues toma. La pérdida de perspectiva es total, impera la foto en la red, da igual la realidad. Asistimos a la descomposición de la Educación, la Sanidad y la protección social en directo, mientras sonreímos posando con la cara forzada y la postura de una alcayata. ¿Hay vuelta atrás?

Siempre he pensado el Humanismo como la antítesis de la violencia; no hablo de pacifismo naíf, admirable pero que va más, creo, con la personalidad que con las teorías. La idea vacía del progreso contamina todo: hay una cosa que no cambia con el tiempo, el sufrimiento; debemos pensar para evitar los daños, si no estamos colaborando con la destrucción, allá usted, pero eso no es amor por la Humanidad, usted no es un intelectual sino un asesino disimulado. Porque todo lo que vemos, todo lo humano ha sido construido bajo el signo de la explotación y el sufrimiento, por admirable que nos pueda parecer, sin embargo se nos educa en la excelsa belleza del monumento y jamás en la sangre de quien lo construyó.

Cuando vuelan las hostias, reina el cabrón. No reparamos más que en la acumulación, huimos de la muerte con una nueva religión: la estupidez. Moriremos por sorpresa, creyéndonos estar en un acontecimiento más de la vida... Jajá, estúpidos. Todo lo que necesitamos es amor, amor es todo lo que necesitamos, ríase, pero sabe que es verdad... éste es su, nuestro drama.

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