
Diafragma 2.8
Paco Guerrero
De lección
Elpasado 27 de enero se celebró el 80 aniversario de la liberación por parte del ejercito soviético del Campo de Exterminio de Auschwitz. La comunidad internacional conmemora tal día en recuerdo de las víctimas de la barbarie nazi, que nunca pueden caer en el olvido y en la indiferencia, sin que se pueda permitir que la memoria del horror se borre. Rememorar lo sufrido es un patrimonio moral que se nos lega y que nos debe valer para construir un futuro mejor, sobre todo ahora que resurgen discursos de odio por todo el mundo.
Es por ello que me considero obligado a recordar la increíble y dolorosa historia de una admirable algecireña de adopción, Fanny Cohen, prisionera número 5.528 de ese campo, superviviente del Holocausto y vecina de nuestra ciudad durante décadas.
Ya escribí sobre ella en enero de 2022, pero merece que se rememore lo sufrido por este ejemplo de mujer, arrestada junto a su madre por la Gestapo tras ser denunciadas por un vecino. Ambas fueron deportadas a Auschwitz. Posteriormente, fue trasladada al campo de Mauthausen, donde fue liberada en 1945, con solo 19 kilos de peso.
Tras sobrevivir al genocidio, reconstruyó su vida en Algeciras, convirtiéndose en un símbolo de resistencia de la más alta dignidad humana frente al odio.
Resulta difícil entender que, en una ciudad como Algeciras, fruto de diversidades, fronteras y colores, no se haya rendido aún un homenaje oficial a Fanny Cohen. Su historia, marcada por el sufrimiento en los campos de concentración nazis y su posterior resiliencia, debería ocupar un lugar destacado en la memoria colectiva local.
Sin embargo, el silencio institucional refleja no solo ignorar su sufrimiento y una falta de sensibilidad evidente, sino desaprovechar su testimonio vital para para educar y sensibilizar a la ciudadanía, y sobre todo a los más jóvenes, para recordar y prevenir los horrores del pasado.
La figura de Fanny Cohen tiene un elevadísimo valor histórico, educativo y moral, tanto como protagonista de aquel horrendo crimen contra toda la humanidad, como inspiración para las generaciones mas jóvenes y ejemplo frente a los peligros del odio y la discriminación. Y como algecireña que fue, siempre ha de ser recordada con cariño por nuestra historia local.
Algeciras tiene una deuda con Fanny Cohen y con su legado. Y es un acto de justicia repararlo.
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