El lanzador de cuchillos
Martín Domingo
Navidad del niño pobre
La ciudad y los días
Según el Real Instituto Elcano “el Informe Draghi no debería terminar en un cajón”, no solo porque insista en “el retraso entre la UE y los principales bloques competidores (sobre todo EEUU y China) en términos de competitividad [que] ha sido objeto de numerosos análisis en los últimos años”, sobre todo porque parte de esta base: “El modelo por el cual la UE contaba con energía barata para su industria procedente de Rusia, de ilimitados mercados de exportación en China y del paraguas de seguridad de EEUU, ha terminado”. Y ello “obliga a un replanteamiento profundo del modelo de crecimiento europeo”. Según Draghi la UE, que “está perdiendo el tren de la cuarta revolución industrial”, tiene que modificar muchas de sus políticas e invertir 800.000 millones de euros anuales –más del doble de lo que representó el Plan Marshall tras la II Guerra Mundial– para evitar, como dijo literalmente, seguir en una “lenta agonía”.
Quienes no sabemos nada de economía, pero tenemos ojos para ver y para leer, y oídos para escuchar, tenemos la clara sensación de esta “lenta agonía” de Europa en muchos frentes, no solo los económicos. Y sabemos, porque la historia lo enseña, que son los económicos los que, además del poder, han procurado a las naciones occidentales –desde la Roma antigua a los EE.UU. del siglo XX pasando por la España del XVI y XVII o la Inglaterra del XIX– su esplendor cultural.
Dicen los expertos que en la próxima década China superará a Estados Unidos como primera potencia mundial “gracias a años de fuerte inversión en innovación, desarrollo, tecnología y educación”, y que en la segunda mitad de este siglo el duelo será entre China, India y Estados Unidos, con una posible victoria final de la India (Centre for Economics and Business Research). Economía-ficción, ya. Pero lo cierto es que desde hace años China es la segunda potencia económica mundial, la primera potencia en exportaciones, la segunda en ciencia y tecnología, la tercera potencia espacial, la primera en crecimiento de investigación y desarrollo y la primera en graduados universitarios. Tamanes lo analizó hace años en “El siglo de China. De Mao a primera potencia mundial”.
¿Y Europa? Será, a lo peor, un gigantesco parque temático no muy distinto del The Venetian Resort y el Paris Hotel & Casino de Las Vegas. “Cuando China despierte, el mundo temblará”, dijo Napoleón. Ha despertado.
También te puede interesar
El lanzador de cuchillos
Martín Domingo
Navidad del niño pobre
Brindis al sol
Alberto González Troyano
Los otros catalanes
Contraquerencia
Gloria Sánchez-Grande
Las Palomas, de segunda a tercera
Quousque tandem
Luis Chacón
La tradición del discurso
Lo último