Editorial
Rey, hombre de Estado y sentido común
El eclipse solar total que cubrió de sombra parte de México, Estados Unidos y Canadá el pasado lunes 8 de abril pasa por ser el más mediático de la historia. Millones de personas levantaron sus móviles bajo la oscuridad de la Luna para inmortalizar el fenómeno astronómico que se produce cuando el satélite natural oculta el Sol visto desde la Tierra. Lo de ‘fenómeno astrómico’ también encaja si se el evento se observa desde un prisma económico. Los expertos calculan que el impacto pudo ser de más de siete mil millones de dólares entre gasto turístico directo (1.600 millones de dólares) y otros consumos indirectos (hasta 6.000 millones de dólares).
El eclipse generó desplazamientos, alojamientos y compras extraordinarias durante varios días. Incluso en el tiempo de las redes sociales llama la atención la imagen de miles de personas con el teléfono en la mano, pendientes de grabar o fotografiar el acontecimiento para buscar unos pocos de likes. Las compañías de viajes ofrecieron ofertas y muchas empresas intentaron utilizar el fenómeno para aumentar las ventas de todo tipo de artículos que no tienen nada que ver con lo que ocurre en la galaxia. La creatividad juega ahí su partido. Desde Texas hasta Maine, el recorrido del eclipse dejó una lluvia de dinero también en zonas con escasa relevancia turística que aprovecharon para labrarse un camino hacia el futuro.
España espera dos eclipses totales en los próximos años. Hace 118 que la península ibérica no vive un acontecimiento astronómico de tanta importancia. El primero tendrá lugar el 12 de agosto de 2026, a última hora de la tarde. No será visible en todo el país, sino solo a lo largo de una franja de 290 kilómetros de ancho que incluirá ciudades como A Coruña, Gijón, Oviedo, Santander, Valladolid, Vitoria, Zaragoza, Valencia, Castellón, Tarragona y Baleares. El segundo se producirá el 2 de agosto de 2027. Según los expertos será muy especial, en realidad todos los son, pero la fase de totalidad de este será más larga y se producirá a una mayor altura sobre horizonte, cuando el Sol esté aún elevándose.
Nadie que ahora viva volverá a ver un eclipse total en España, mucho menos tan importante. El fenómeno en cuestión será visible en el Campo de Gibraltar como en ninguna otra parte, puesto que cruzará el Estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán al atardecer. Quedan tres años. Tiempo suficiente para darle vueltas a la cabeza y encontrar el modo de conseguir la máxima rentabilidad económica del asunto. Lo digo para que luego no nos pille el toro.
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