El lanzador de cuchillos
Martín Domingo
¡Boom!
El pasado mes de febrero, la Guardia Civil recibió un duro golpe que acabó con la muerte de dos de sus miembros -David Pérez y Miguel Ángel González-, cuando ambos fueron enviados con una zódiac a disuadir en el puerto de Barbate a varias narcolanchas que se hallaban cobijadas en dicho puerto, debido al fuerte temporal. La zódiac que tenía disponible la Benemérita para esa actuación policial estaba en evidente y considerable desproporción con las potentes narcolanchas. Por circunstancias que se desconocen, los tripulantes de una de las embarcaciones -la pilotada por Karim-, arremetió contra la escuálida embarcación oficial, pasándole por encima hasta en seis ocasiones, dando lugar a la muerte de David y Miguel Ángel, cuando cumplían con una misión encomendada, y dejando heridos a otros cuatro compañeros. Causó gran consternación a nivel nacional, al tiempo que demuestra la desigualdad de medios de narcotraficantes y quienes le persiguen para erradicar esta actividad tan dañina para la sociedad.
Tras la detención, en principio de quienes parecían ser los autores materiales de este execrable hecho, fueron estos quienes aportaron vídeo donde se identificaba la embarcación que realmente acometió a la zódiac de la Guardia Civil.
Meses después, sabiéndose perseguidos por las autoridades españolas y presionados quizás por otras mafias de la droga que operan en las costas españolas, y en colaboración igualmente con las autoridades marroquíes, que no deseaban tener en su suelo a personas que habían causado la muerte de dos agentes del orden, la situación ha derivado en la entrega y detención de tres de los presuntos autores.
El piloto de la embarcación, Karim, llegó hasta Barbate con su letrado y fue detenido en el mismo lugar de los hechos. Ahora se ha repetido la entrega al regresar a España otros dos tripulantes de la narcolancha, Mohamed y Yassine.
Discrepo con cuanto se ha manifestado en el momento de la detención de estos tres presuntos autores por parte de su defensa. No puede tratarse de unas muertes por imprudencia, como se ha dicho por el piloto de la embarcación, y sí de un presunto delito de asesinato. El hecho de pasar una macro y potente embarcación por encima de una pequeña lancha, con varias vueltas a su alrededor y acometimientos, hasta causar la caída al agua de los guardias civiles, y conseguir su muerte, no puede hablarse de imprudencia, ya que este término jurídico implica un descuido o falta de atención, lo que, al parecer y según imágenes no fue lo ocurrido. Pudo preverse por parte del Sr. Karim que, con tal acción, se podría producir la muerte de los guardias civiles. Debe por tanto conceptuarse como dos delitos de asesinato y cuatro intentados.
Pero curiosas son las declaraciones de quien defiende a los recientemente detenidos Mohamed y Yassine, que se hallaban a bordo de la narcolancha, y que dicen "no tienen nada que ver con la muerte de los dos guardias civiles. Solo iban como ocupantes de la embarcación y no tuvieron implicación alguna en lo ocurrido".
No comparto tal opinión. El hecho de que se hallaran junto al piloto y viendo reiteradamente cuál era la intención del mismo -pasar por encima de la zódiac de la Guardia Civil en varias ocasiones-, y no hacer nada para evitarlo, hace que ambos puedan ser acusados de delitos de asesinato de comisión por omisión. Estando junto al piloto observando cuanto ocurría y permanecer impávidos, cuando pudieron hacer desistir de la acción a quien manejaba la gran embarcación y no lo hicieron. Al no realizar acción alguna para hacer desistir a Karim para que prosiguiera en su acción homicida, habrán podido incurrir en ese delito. Y son numerosos los casos juzgados que condenan a quien estando presente en un hecho delictivo de esta naturaleza, no llevan a cabo ninguna acción para evitar el fatal acaecimiento.
Pero aún más, a ninguno de los tres detenidos hasta el momento podrá aplicársele la circunstancia atenuante de haberse entregado de forma espontánea o reconocer los hechos acaecidos, lo que podría conllevar una reducción de la pena a imponer. Sean pactadas o voluntarias esas entregas, no es suficiente para ser merecedores de reducción de penalidad.
Y es que para la aplicación de esa atenuación se precisa que el reconocimiento de los hechos y su entrega se produzcan previamente al conocimiento de que existe un procedimiento judicial contra los mismos, que no se da en este caso, ya que conocían que eran perseguidos desde hacía meses. Y de otro lado, no han llegado a colaborar en la detención de la cuarta persona que iba a bordo en la narcolancha, facilitando con ello su detención.
Será en el juicio oral donde se aclaren todos los hechos, pero es de felicitar a la Guardia Civil y Gendarmería marroquí por el trabajo conjunto que ha fructificado con esas detenciones. Ello dará una tranquilidad y agria satisfacción a las familias de los guardias civiles fallecidos en acto de servicio, que pese a que no se les podrá devolver la vida, sí, en cambio, tendrán un juicio por la muerte de sus familiares.
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