El factor Trump y el tratado de Gibraltar

03 de abril 2025 - 03:05

El pasado lunes de esta semana, el ministro británico de Asuntos Exteriores David Lammy visitaba España para una reunión del grupo conocido como del G5+ (Francia, Alemania, Polonia, Reino Unido, España, Italia y la Comisión Europea) y realizó unas declaraciones de la que se pueden extraer algunas interesantes conclusiones sobre el estado de las negociaciones relativas a Gibraltar entre el Reino Unido y la UE y cómo pueden influir el nuevo clima internacional sacudido violentamente por el ascenso al poder en Estados Unidos de Trump y su cohorte de tecno-oligarcas fanáticos e ignorantes. Efectivamente, el nuevo orden internacional puede influir en las negociaciones que se han extendido durante demasiado tiempo en un clima de cierto secretismo y falta de transparencia. En mi opinión, son dos los factores que intervienen pero que, en teoría, pueden ir en dirección contrapuesta en lo que respecta a la posibilidad de un acuerdo sobre Gibraltar.

En primer lugar, el factor Trump ha empujado de nuevo al Reino Unido hacia la UE como un socio más fiable. La nada oculta hostilidad de Trump y, sobre todo, de Elon Musk, hacia Starmer ha erosionado las tradicionales potentes relaciones transatlánticas. La renuncia de Estados Unidos a continuar en el bloque democrático y su indisimulado acercamiento hacia las autocracias abandonando sus compromisos de defensa en lo que hasta hace poco se denominaba “occidente” ha motivado un acercamiento del Reino Unido al bloque europeo explorando nuevas vías de cooperación. En este sentido, las controversias sobre Gibraltar se reconducen en nuevo marco donde las dificultades se diluyen ante la necesidad de un acercamiento entre el Reino Unido y la UE. En consecuencia, el factor Trump puede ayudar a superar las últimas diferencias pendientes y acelerar el proceso hacia la conclusión del tratado.

Pero, en segundo lugar, otro factor puede empujar en una dirección contraria. El Reino Unido es un actor clave en la defensa de Europa en el nuevo orden internacional. En este sentido, sus instalaciones de seguridad y defensa en Gibraltar adquieren una importancia capital debido a su situación geoestratégica. En consecuencia, nada en la negociación del tratado puede poner en peligro el acceso y el control de las bases militares en Gibraltar. Este interés prevalece absolutamente por encima de la necesidad de alcanzar un tratado que normalice la situación de Gibraltar con su entorno. Veamos pues cómo estos dos factores convergen en el futuro y hacia qué dirección empujan a la negociación sobre el estatuto europeo de Gibraltar. En cierto modo, Trump ha creado un clima propicio para el entendimiento entre el Reino Unido y la UE y Gibraltar no debe significarse como un obstáculo para esta necesaria alianza.

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