Quizás
Mikel Lejarza
Toulouse
A paso ligero
El lodo aún cubre muchas calles y plazas en la Comunidad Valenciana cuando han pasado más de dos semanas desde la mortífera DANA del 29 de octubre. Los afectados tardarán aún mucho en recuperarse, en poner en orden sus vidas tras el desastre. No solo en lo material, también desde el punto de vista de la salud mental que, por desgracia, en demasiadas ocasiones queda relegada a un plano secundario en el orden de prioridades de un mundo al que cada vez cuesta más seguirle el ritmo.
Todo el país contemplaba con el corazón en un puño la evolución del paso del frente y sus consecuencias en una dramática escalada de muerte y destrucción siendo, a la vez, víctimas de una oleada de desinformación.
Los bulos han campado a sus anchas por las redes sociales y algunos medios de comunicación. Cualquiera con un teléfono a su alcance podía convertirse en cronista o manipulador con un potentísimo altavoz. Así, estos días hemos visto que mensajes cargados de malas intenciones, con el perverso objetivo de generar caos y desestabilización en el orden social, han obtenido millones de visualizaciones en redes sociales como TikTok, X o Telegram; pero también en programas de máxima audiencia. Bien sea por el escaso celo a la hora de filtrar la información o, simplemente, para arañar unos puntos más de audiencia.
El aparcamiento del centro comercial Bonaire ha sido el epicentro de la toxicidad informativa. Cubierto de agua hasta el techo y con más de 5.000 plazas, hubo voceros sin escrúpulos que se lanzaron a aventurar más de 700 víctimas por el número de tiques no cancelados de un aparcamiento que, simplemente, no tenía barrera.
Igualmente asquerosa fue la imagen de intoxicadores profesionales colándose en un vertedero para asegurar que la ropa que se amontonaba en las instalaciones era la donada por miles de personas en lugar de la que había quedado inservible tras la riada. Por citar apenas dos de las decenas de ejemplos posibles.
Y todo, insisto, con el objetivo de generar un clima de caos y desconfianza bajo mensajes como “esto es lo que te oculta el Gobierno” o “no lo verás en los medios”. Los medios de comunicación tenemos un papel fundamental a la hora de desenmascarar a los mercenarios de los bulos y la sociedad debe recuperar el pensamiento crítico. No todo lo que aparece en la pantalla de su móvil es cierto.
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