Editorial
Rey, hombre de Estado y sentido común
Andrés Vázquez de Sola durmió bajo los puentes del Sena antes de convertirse en uno de los grandes maestros del humor gráfico y literario del siglo XX. Cuando publicó La Gran Corrida Franquista en Le Canard Enchainé el mundo quedó asombrado con su sátira y allí, en el exilio de tres décadas en París, dibujó para Le Monde, Le Monde Diplomatique, L’Humanité, publicó varios libros, realizó numerosas exposiciones personales y colectivas y participó en programas de radio y televisión. En 1972 recibió en Bordighera, Italia, la prestigiosa Palma d’Oro y en 1974, el Nasreddin Hoca, en Turquía. En Francia se hizo universal y en España fue procesado por un delito de injurias contra el Gobierno por una serie de dibujos contrarios a la entrada de España en la OTAN publicados en La Tribuna de Marbella. Le pedían siete años de cárcel. El proceso fue al fin archivado. En 1985, 10 años después de la muerte de Franco, se retiró del periodismo y regresó a España.
Carlos Pacheco iba para biólogo cuando comenzó a publicar historietas en fanzines. De ahí comenzó a dar primeros pasos como ilustrador de portadas en Comics Forum y fichó por la sección de cómics de Planeta-Agostini. En alguno de esos trabajos lo descubrió Marvel Reino Unido, donde pulió el estilo que perfeccionó en DC con Flash. Volvió a Marvel con la miniserie Bishop y después llegaron X Universe, Starjammers, Excalibur… Luego, Los cuatro fantásticos, X-Men, pero también Iberia Inc. y la Triada Vertice. Y los Inhumanos. Y Superman y Batman. Y Linterna Verde. Y Arrowsmith. Y Los Vengadores, Hulk y el Capitán América. Para entonces ya era una leyenda universal, el dibujante que abrió el todopoderoso mercado americano al talento español. La ELA se lo llevó el 9 de noviembre de 2022 en el hospital de La Línea. Dejó huerfanos una legión de amantes de los cómics en todo el mundo, pero sobre todo a su hijo Alejandro, que ha cedido 700 obras de su padre para que sean expuestas en su tierra natal.
La probabilidad estadística de que dos genios del dibujo hayan nacido en la misma ciudad es ínfima. Pero, no sé por qué conjunción planetaria, se da en San Roque, que reunirá en el Centro de Arte Contemporáneo la colección Vázquez de Sola y el legado de Carlos Pacheco. En Francia y en EEUU no sé lo que darían por ese lujo. Esperemos que aquí sepamos apreciarlo.
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