Gobernar en 280 caracteres

16 de octubre 2024 - 03:06

Hace ya varios años que las personalidades públicas y, en concreto, la ‘clase política’, se dieron cuenta que es necesario estar en las redes sociales para conectar con un espectro de potenciales votantes más jóvenes.

A ciertos niveles, la cuestión se resuelve con un perfil de Facebook para informar a los vecinos o una cuenta de Instagram para fotitos protocolarias o con niños, que siempre viste mucho. Algunos alocados, incluso, se atreven con Tik Tok. Pero en esta ocasión me quedo en Twitter (sí, para mí sigue siéndolo) para lo que nos atañe.

El domingo, miles de personas, mayoría de jóvenes, tomaron las calles para denunciar la problemática que se vive en nuestro país con la vivienda, con alquileres imposibles. Ante esta protesta de un grupo importante de la población contra la clase política -especialmente la ministra de Vivienda y el Gobierno central-, asistimos a un recital de tuits de miembros del propio Ejecutivo o de os partidos que lo forman en que, no solo daban la razón a los manifestantes, sino que escribían a un ente incorpóreo que debe encargarse de arreglar el problema.

“Es hora de actuar”, tuiteaba la vicepresidente (¡vicepresidenta!) del Gobierno Yolanda Díaz. ¿Quién va a actuar si no lo hacen ustedes? ¿Acaso basta con escribir un tuit para que los caseros dejen de abusar de los inquilinos? Ojo, que la líder de Sumar no es la única ni es la primera vez. La lista es interminable empezando por Pedro Sánchez y yéndonos a la derecha con una oposición que usa las redes para sembrar odio o atacar, pero no construir.

No todo va sobre legislar en Twitter, también están los careos que no aportan nada. Sin ir más lejos, hace unos días, el alcalde de mi querida Sevilla, José Luis Sanz, se encaró por redes con el ministro Óscar Puente, ávido usuario de esta red social. El uno mintió, el otro le insultó y el uno se ofendió. Pero avances en lo importante, los justos.

Para terminar, una breve dedicatoria al ministro Puente, que empezó sacándole partido positivo a Twitter para interactuar con usuarios y que se ha caracterizado por bloquear a quien respira, le escriba con respeto o sin él. Lástima que ni el ‘ministro tuitero’ haya sabido aprovechar la oportunidad.

Las redes son una herramienta increíble, pero hace falta gobernar de verdad y no solo en 280 caracteres.

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