A la guerra, en chanclas
El balcón
Desde el extremo izquierdo del tablero, Irene Montero llama la atención del público. Podemos ha empezado ayer su quinto congreso en horas muy bajas, convertido en poco más que un partido familiar. Una semana antes había entrado en la campaña de 2027 con tan excesiva anticipación como sobreactuada fuerza, nombrando candidata a la eurodiputada y ex ministra de Igualdad. Montero ha arrancado censurando las medidas del Gobierno ante la crisis generada por los aranceles de Trump. Y nos ha regalado un titular jugoso: “No se puede ir a una guerra comercial global en chanclas”.
En opinión de Montero, las coberturas decididas son insuficientes. Se van a encarecer la energía, los medicamentos y los alimentos. Y para paliar el impacto en la vida de los ciudadanos, la campeona de Podemos exige contundencia; expropiar a los fondos norteamericanos su parque inmobiliario para convertirlo en viviendas sociales. Y nacionalizar las participaciones estadounidenses en grandes empresas estratégicas españolas.
Así ha sido la entrada en escena de la candidata, cuya nominación es de hecho una ruptura con el resto de los actores situados a la izquierda del PSOE. Hace dos semanas, Sumar había aprobado impulsar alianzas de izquierdas. Al día siguiente, Iglesias, que sigue siendo jefe en la sombra de Podemos, declaró políticamente muerto a Sumar. En su último libro, Enemigos íntimos, le dedica un capítulo entero a Yolanda Díaz, a la que da por amortizada: la acusa de narcisismo e hipocresía y le augura un futuro en CCOO o en algún organismo internacional si el PSOE la ayuda.
El coordinador federal de IU Antonio Maíllo lleva meses intentando imponer sensatez en la guerra sin cuartel entre Díaz y Montero. Se detestan mutuamente. De momento la misión de casco azul de Maíllo no ha tenido éxito; lo que augura un porvenir negro a esta izquierda que enfrentada se convertiría en marginal en las próximas elecciones. Uno de los eslóganes de la V Asamblea Ciudadana de Podemos es recuperar el “no a la guerra” de hace dos décadas contra la Guerra de Irak. Montero y Belarra se muestran contrarias al aumento del gasto en defensa decidido por el Gobierno. Dicen que es el momento del verdadero patriotismo, frenando el rearme, abandonando la OTAN y echando a los norteamericanos de las bases españolas. En nombre de la paz, Podemos siempre ha estado contra del incremento del gasto militar y el envío de armas a Ucrania.
Dispuesto a ir a la guerra de verdad en chanclas. Eso sí que llama la atención.
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