
Diafragma 2.8
Paco Guerrero
De lección
Conocido como MaB por sus siglas en inglés, el programa Hombre y Biosfera de la UNESCO es un programa científico intergubernamental que tiene como objetivo establecer una base científica que mejore la relación de las personas y su entorno. Formulado en 1971, crea en 1974 las primeras Reservas de la Biosfera. Para conseguir sus objetivos es imprescindible gestionar los espacios naturales desde un punto de vista sostenible que mejore la vida de las personas que ocupan esos ecosistemas, con un desarrollo social, innovador, económicamente viable y que salvaguarde la cultura de la población que ocupa dichos espacios. La Secretaría Internacional para este programa se encuentra en la sede de la UNESCO en París.
La Red Mundial de Reservas de la Biosfera cuenta actualmente con 759 reservas en 136 países, incluyendo 25 reservas transfronterizas.55 de estas Reservas de la Red Mundial son españolas, siendo por tanto líder en número de Reservas de la Biosfera. Andalucía posee nueve de ellas aportando el 26% del territorio de la Red Española de Reservas de la Biosfera. Las reservas siempre se establecen en zonas representativas desde el punto de vista ecológico, únicas, siendo prioritario integrar a las personas que las habitan con la conservación de estas zonas. Toda reserva debe tener establecidas tres zonas: una zona núcleo, cuya principal función es la conservación; una zona denominada tampón, que cumple un papel amortiguador de las acciones humanas; y una tercera de transición, donde se realizan acciones que favorecen el desarrollo de las poblaciones que ocupan esa reserva. Este último aspecto es, bajo mi punto de vista, fundamental. No podemos proteger un espacio sin tenerlo en cuenta.
Los que vivimos en el Campo de Gibraltar tenemos el privilegio de disfrutar de un entorno único que son nuestros dos parques naturales, Estrecho y Alcornocales, pero, además, compartimos con nuestros vecinos marroquíes la única reserva de carácter intercontinental que existe, la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo (RBIM). En ella, se incluyen también el parque natural de Grazalema y los parques nacionales, Sierra de las Nieves en Andalucía y Talassemtane en el lado marroquí, además de algunos parajes y monumentos naturales en el lado español, y varias figuras de protección en el norte de Marruecos.
No se ama lo que no se conoce, y por pura deformación profesional estoy convencida de la necesidad de divulgar la riqueza de nuestro entorno y hacer llegar a la población, quizás con mayor énfasis a nuestros niños y jóvenes, todo lo bueno que tienen a su alrededor. Ellos son los ciudadanos del futuro y por tanto, los que tendrán que proteger y conservar la vida en el planeta que vamos a dejarles. Acercarlos al medio natural desde la infancia no me cabe duda de que los convertirá en los adultos que la naturaleza va a necesitar.
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