
Diafragma 2.8
Paco Guerrero
De lección
Trump hace lo que la izquierda lleva demandando décadas, pero ni por liberal ni por marxista, porque el ultra sólo busca la imposición de sus criterios para la obtención de lo único que les interesa: beneficios de poder y económicos disfrazados de Dios, Patria y Familia. Este hombre naranja no busca desmontar la globalización, busca controlarla. Es un perdonavidas soberbio que busca chulear al resto del planeta y que le coman las estructuras... parece desconocer que la situación actual la han generado los empresarios de los que él es una excrecencia menor, porque la globalización lejos de extender la educación y la cultura democrática, los derechos, sólo ha sido un campo de multiplicación de la esclavitud en busca del beneficio mayor, desindustrializando a los pijos para ahorrar costes de producción explotando a los olvidados.
Los ultras aprovechan las crisis para apropiarse del desencanto de los desgraciados adaptando sus palabras. Por eso, la clase media ve en estos matones defensa para sus intereses, y a la izquierda de verdad ni se la espera. Este proceso es muy difícil de parar, oiremos muchas teorías pero pasa como con todo lo de la economía: a posteriori se explica, a priori sólo manda la Ley del “Mío como lo más mío de mí mismo”, disfrazar de teoría la avaricia más atroz es un poco inútil.
La izquierda y la derecha liberal saben de sobra que sólo hay un camino para la libertad: la intervención del Estado. Desregular la economía es un suicidio, el capital es suicida porque el beneficio pleno lo ciega, sólo una autoridad de verdad, el Estado, puede contener su impudicia a través de impuestos, redistribución y leyes de mayorías parlamentarias.
Idiotas totales, no somos capaces de ver cómo el deterioro de nuestra formación democrática nos acorrala frente al dinero; nuestra izquierda incapaz sigue con sus eslóganes, que son como las ideas trascendentales de Kant: muy guays pero vacías; ahí siguen, peléandose a ver quién es más feminista o más anticapitalista o más pacifista, y mientras tanto abusando, explotando o agrediendo. ¿La derecha? ¿Qué derecha?, me duelen las meninges de ver a Feijoo diciendo siempre lo mismo, me lo sé, que si Perroxanxe esto, que si lo otro, con las privatizaciones para los colegas, el 11M, el Prestige, las inmatriculaciones católicas, Irak, la policía patriótica, la Gürtel, el 1 de octubre, la Dana...: debería don Alberto estar pidiendo perdón sólo para presentarse, ya estamos hasta los óvulos de la cantinela sobre la maldad de los otros haciendo el caldo al Santiago y Cierra España y sin aportar una idea, no mira a la derecha catalana émula cediendo sus votos a la extrema estribor.
Los acuerdos internacionales de comercio tienen que volver al beneficio redistribuido, a generar rentabilidades pero al tiempo dotar de capacidad de una vida digna a quienes no tienen otra forma de vivir que trabajar: estamos hasta los centros de oír circulación de capitales, fondos de inversión, la bolsa, capitales de riesgo, mercados... ¡Pero si en España la mayoría no gana más de 1.300 euros al mes y tiene un problema tan evidente como no tener vivienda donde caerse muerta!
También te puede interesar
Diafragma 2.8
Paco Guerrero
De lección
El balcón
Ignacio Martínez
Tregua papal de Trump
Las dos orillas
José Joaquín León
Vaticanistas
Lo último