Notas al margen
David Fernández
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Fue un error cultural la introducción de las nuevas tecnologías en la Enseñanza. Bien que el currículo incluya informática, internet, no perder el contacto con la realidad, el fallo fue no contar con el que medio es el mensaje, es decir, que al convertirlas en soporte educativo destruíamos el mundo del libro y la Cultura. Esto prueba, una vez más, que nuestros pedagogos reformadores no eran cultos sino técnicos sin pericia.
Veo a unas alumnas pedir (¿ortografía?) a ChatGPT un trabajo. Les pregunto que qué hacen ellas: “¿Copiáis?”. “No”, proclaman, y me dicen que después lo escriben con sus palabras... Ni siquiera ven que copian, el aprendizaje se produce en el proceso de informarse (no es la información concreta) y lo han suprimido; mientras, observo al profesorado con sus powerpoints (usando la IA)... no pregunto cuándo imparten clase.
Viene al pairo de una alerta: un juego de matemáticas muy popular en los colegios parece acercarlas a sus usuarios, pero preocupa la adicción que provoca. La adicción a los libros ya la denunció hasta nuestro Cerbantes (sic), pero bibliófilos sin leer son difíciles de encontrar, no son imposibles pero haber leído parte de tu biblioteca (nadie toda, como decía Eco) te ayuda en ese placer culpable y tiene beneficios.
Los aciertos y errores de la cultura del libro no vienen a cuento (qué ingenioso), pero las lacras producidas por la cultura digital, o como se llame, son evidentes, éste es el futuro: “Niños de tres y cuatro años que no hablan, no por necesidades especiales sino porque se les da el móvil y no tienen interacción con su familia (también con el móvil), que no tienen desarrollados músculos para comer bocatas porque llevan toda la vida con zumos y lácteos”, me cuenta un amigo. Otro del gremio: “En los institutos de clase media están obsesionados con la salud, el ejercicio y la buena nutrición. En los de barrio, sanjacobos descongelados y dulces para desayunar, hay una brecha enorme, al precio del aceite de oliva ¿no es normal que haya gente que ha dejado de usarlo? Y los horarios laborales y las actividades extraescolares...”.
La ignorancia generada es un problemón, pero incluso con consecuencias físicas y psíquicas, nunca he visto tanta necesidad especial y ansiedad y me comenta otra profesional amiga que, salvo excepciones, la mayor parte de los casos tienen su causa no en el hardware de la chiquillería sino en el software de las familias y la escuela. La indolencia, la falta de entrenamiento y de actividad intelectual embota sus inteligencias pero también los sentimientos y las emociones, mi abuela lo resumía así: “Estamos criando tontos”.
Conocimiento es análisis y comparación, cuanta más información y más compleja más posibilidad de originalidad e interés en tu producción, desmontar lo dado es la actividad de la persona culta. La transmisión de datos te convierte en un culto virtual, incapaz de procesar la información pero (abuela) “Maestro Liendre” que se cree algo, sin ser nada, único objetivo pedagógico confesado por Sócrates en su lecho de muerte para evitar la estupidez.
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