Andar y contar
Alejandro Tobalina
Rutina
Y llegó ese al que le llaman 'El loco', febrero. Ya pasó la cuesta, o al menos eso dicen, aunque cueste creer que hemos cambiado de mes en el calendario viendo cómo están las cosas, sólo así de pasada. Y es que la cesta de la compra sigue subiendo, por mucho que digan que bajan el IVA de los básicos. Claro que ¿quién va a comer carne, pescado o cosas así, después del atracón de Navidad? Qué tontería. Mejor en febrero nos quedamos en casa con la careta puesta, porque los carburantes vuelven a dispararse, sobre todo el diésel, y aquí no hay quien se aclare cuándo hay que llenar el depósito, antes de que llegue el tren. Bueno, será a otra estación, porque a la de Algeciras ya ni lo esperamos.
Faltan medicamentos en las farmacias, muchos básicos y faltan médicos, básicos también, en la seguridad social, aunque las colas para los exámenes del MIR sean kilométricas. Que te vea un traumatólogo en menos de seis meses es ciencia ficción. Y lo peor es que escuchas al personal de allá arriba, a los que no se despeinan nunca y resulta que todo el mundo está contentísimo de lo bien que nos va.
Los violadores saliendo de las cárceles de diez en diez. Y lo peor es que van a seguir saliendo, porque lleguen o no a un acuerdo los cuerdos, resulta que -aunque la ley cambie hoy mismo-, el daño ya está hecho. No es reversible. O al menos eso dicen los juristas, los mismos que no sabían aplicar las leyes, porque total ellos qué saben. Todo en aras a una ley que -se supone- está diseñada para proteger a las mujeres. Con semejante protección ¿quién quiere ayuda? Así está el patio. Será el levante. Mientras, Shakira se despacha a gusto con Piqué y se pican unos y otros y la gente debe formar parte de un equipo u otro del ring amoroso de dos famosos que poco me importan.
Tiene febrero un puntito de locura y viendo cómo está el patio, que está para perder la cabeza, ya nada me sorprende. Ni siquiera que un globo chino espía visible a kilómetros de distancia sea derribado por cazas estadounidenses al estilo 007. Si Gila levantara su teléfono desde el cielo, no se cortaría un pelo: "¿Hola? ¿Es el enemigo?".
Eso por no hablar de la misión secreta del seductor agente infiltrado y la petición de explicaciones a Moncloa, como si el Gobierno fuera un First Dates cualquiera o una página de Tinder. Será el poniente.
El único 'El loco' que no me perdería es el estreno de Ballet Nacional el 24 de febrero en Jerez, con coreografía de Javier Latorre. Deseando estoy escuchar las coplas de este Carnaval. Sobre todo, a mis chirigoteros favoritos, como el Sheriff o el Selu. Habrá que reírse, por no llorar, porque de lo contrario, esto es para volverse loco. Ya está aquí febrero. Esto es Carnaval.
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