Mazón, un zombie en la Generalitat

La esquina

La investigación penal que se instruye contra dos altos cargos de la Generalitat valenciana por su actuación durante la terrible dana que provocó, hace seis meses, la muerte de más de doscientos ciudadanos y daños incalculables en la comunidad, va demostrando la ineptitud y la negligencia de ambos.

Demuestra, sobre todo, la irresponsabilidad de su jefe. Carlos Mazón, presidente de la Generalitat, no es que fuera inútil o negligente. Es que no estuvo. Durante las horas decisivas de la mayor tragedia natural vivida por la comunidad que preside, Mazón estaba, simplemente, ausente. Consideró más importante asegurarse el control de la televisión pública autonómica en un largo almuerzo privado que ponerse al frente de las tareas de prevención y control de riesgos de los valencianos.

Se pueden discutir, e investigar, la gestión de la consejera y el jefe de Emergencias actualmente imputados, e incluso la actuación de la Confederación Hidrográfica del Júcar y otras instancias dependientes del Gobierno de la nación en aquella crisis devastadora, pero lo indiscutible es que Carlos Mazón se desentendió en la horas cruciales. Tres datos: anunció que el temporal se desviaría hacia Cuenca, criticó que la Universidad suspendiera las clases y no cogió el teléfono de su consejera de Interior y Justicia hasta las 17,37. Hablaron dos minutos mientras los cadáveres flotaban sobre las aguas desbordadas o atrapados en casas y garajes.

En vez de dimitir al día siguiente, Mazón se ha obstinado en permanecer en un cargo que no merecía conservar ni un minuto más. Convertido en un zombie que no practica la brujería para seguir aparentemente vivo, sino la mentira. ¿Cuántas versiones va a dar de su comida en El Ventorro y demás tiempo de ausencia? ¿Qué más necesita para comprender que un presidente que no puede salir a la calle está plenamente incapacitado para continuar? ¿No se da cuenta del daño que está infligiendo al PP valenciano que dirige hacia una derrota inapelable?

Y hablando del, si hay alguien culpable de que Mazón siga amarrado al poder que un día le concedieron los valencianos (y Vox), ése es Alberto Núñez Feijóo, cuya pusilanimidad, falta de principios y desconcierto lo malretratan como aspirante al Gobierno de la nación. Feijóo exige un día sí y otro también que dimita Pedro Sánchez por todo lo que hace, y sostiene a Carlos Mazón a pesar de todo lo que no hizo.

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