Nostalgia bien entendida

16 de septiembre 2024 - 03:06

Soy joven pero, como cualquier persona de bien, tengo mis momentos nostálgicos. Recuerdo instantes y sensaciones de apenas hace unos años y entra ese sentimiento de “ojalá volviese ahí”, llevado por esa tan mala consejera como es la nostalgia.

Y de este sentimiento se ha llenado Twitter (me niego a llamarla por su nombre actual) estos últimos días. Una nostalgia bien entendida, no como la de aquellos a los que se les llama con cierta sorna ‘nostálgicos’.

Aunque esta red social suele ser un pozo de odio y enfrentamiento, yo consigo extraer cosas positivas. En pleno apogeo del duelo fratricida de audiencias entre los fans de Broncano y los de Motos, se han colado sin pedir permiso a nadie recopilatorios de jugadas de fútbol y música de la buena para regalarnos los mejores días que recuerdo en años en la que un día fue la app del pajarito y un edén dentro de Internet.

Originado en Inglaterra con la etiqueta #BarclaysMen para recopilar vídeos con jugadas de futbolistas que jugaron en la liga inglesa en los años en que este banco la patrocinaba, en España, que de imaginación vamos sobrados, nos inventamos a los #HombresBBVA, recordando a este otro banco que patrocinó nuestra liga.

Aíslandose del mundanal ruido, aparecieron ídolos olvidados Ángel Lafita con música de La Fuga, Javad Nekounam con La Oreja de Van Gogh, Cani con Coti, Osvaldo con Nena Daconte, Kanouté con Amaral, Roberto Trashorras con Los Rodríguez, Nilmar con Melendi o Isco (en el Málaga, el bueno) con El Canto del Loco. Podría seguir eternamente, pero tampoco les quiero aburrir.

La clave del asunto es que miles de locos, personas que en la mayoría de casos no se conocen de nada, se han unido durante varios días en torno al disfrute de lo que fue la Liga BBVA (e incluso antes de tener nombre comercial), sin insultos, sin malos rollos. Incluso los propios clubes, usasen o no el hashtag (ya sabemos cómo funciona el tema con los patrocinadores), se sumaron a la iniciativa. Todos de la mano disfrutando de la redonda.

Solo fútbol y música. Regates imposibles, goles por la escuadra, asistencias de tacón, paradas, faltas. Puro espectáculo con su debida nota de nostalgia bien entendida. La que nos hace disfrutar.

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