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Opinión
HA concluido 2015. Al igual que todos los anteriores rico en acontecimientos colectivos e individuales. Con su carga habitual de tristezas y alegrías; aunque en realidad los años en sí mismos son indiferentes a los sentimientos y emociones de mujeres y hombres. ¡Vamos, que lo que nos pase como especie al Tiempo le trae sin cuidado; por no decir que le importamos menos que un comino!
Sin embargo, antes de que el olvido tire el 2015 al cajón horrible de la Nada, siempre es grato recordar sensaciones agradables. Para mí, como algecireño una sensación muy, pero que muy agradable es conocer y querer de forma especialísima a doña María Serrano Guzmán. Mariquita, como la llamamos las personas que la amamos desde nuestra niñez.
La mayoría de la ciudadanía algecireña ignora quien es esta conciudadana de 103 ó 104 años de edad. Tita Mariquita no es científica, no fue profesora; que yo sepa nunca escribió un poema o un relato; un poquito dura de oído jamás la he escuchado cantiñear. Para no ser sobresaliente en nada usual, no ha sido ni política hasta donde me consta; aunque los otros días, su sobrina Inmaculada Gutiérrez Serrano me confirmaba que ha seguido y sigue, con su gran lucidez mental, toda la campaña electoral de estas fiestas navideñas y las que te rondaré morena.
Entonces, amable lector, me dirás y a qué viene éste escribiendo de una señora de 103 ó 104 años, que incluso desea que la operen de cataratas, como me contaba su sobrino Luis Francis hace meses, para ver mejor la tele. Mi razón para estas líneas es no olvidar a tita Mariquita, mujer sencilla donde las haya, como la gente que cantara don Antonio Machado. En esos 104 años y los que vengan seguirá reinando tu amor profundo y la palabra amable que siempre has tenido en tus labios.
Con mi respeto y mi amor y el de todos tus paisanos para ti doña María Serrano Guzmán y para todas las personas centenarias, feliz año 2016.
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