El lanzador de cuchillos
Martín Domingo
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Tribuna de opinión
En la vida no se trata tan solo de aprovechar la segunda oportunidad, sino de intentar obtener el fruto de cuantas más oportunidades se presenten, sean en el ámbito que sean, pero si por el contrario esas posibilidades escasean, y además se dejan pasar de largo por inacción, intereses de terceros o falta de compromiso, es en ese momento cuando llegan las lamentaciones.
En estos momentos estamos asistiendo a la materialización de una mala noticia para el Campo de Gibraltar: la destitución de Salvador de la Encina como presidente del Ente Público Puertos del Estado, después de haber realizado una brillante gestión al frente de este organismo, y lo que es más importante, de ser un importante defensor de la necesidad que tiene esta comarca de ver mejoradas sus infraestructuras, especialmente las ferroviarias, en el menor espacio de tiempo posible.
Es de bien nacido ser agradecido, y como alcalde de la ciudad que alberga el primer puerto de España, reconozco públicamente el buen trabajo realizado por De la Encina en este tiempo. Nuestros posicionamientos políticos son a veces antagónicos, pero a ambos nos une el compromiso de servicio público de trabajar por mejorar la calidad de vida de los residentes en esta comarca, de hacerla crecer y prosperar más aún.
Por ello, el pasado jueves, en mi última intervención en el pleno de la Junta de Comarca de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar, pedí que quedase constancia del reconocimiento de esta entidad supramunicipal a la labor de alguien a quien ojalá no haya pasado factura política su reivindicación constante de avances para un territorio que cuenta con unas particularidades como no hay otro en todo el Estado.
De la Encina ha sido punta de lanza en Madrid a la hora de pedir que esta comarca cuente de una vez por todas con el tren que se merece para que tanto el Puerto Bahía de Algeciras como el polo químico e industrial mantengan su tendencia de crecimiento.
Estoy convencido de que su sucesor en el cargo, Francisco Toledo, reúne méritos más que suficientes para ocupar un cargo de tanta responsabilidad, y que tendrá en cuenta la importancia socioeconómica y estratégica de Algeciras, su puerto y la comarca, pero también lo estoy de que hemos dejado de contar con una importante voz en Madrid, por lo que me pregunto: ¿estamos ante otra oportunidad perdida?
El viernes, en Madrid, la comarca al completo mostró una imagen de unidad ante la ministra de Asuntos Exteriores de la que me siento absolutamente orgulloso, pero por esa misma cuestión, la que nace de la fortaleza que nos da estar unidos, pido a los representantes institucionales, políticos, económicos, sindicales y sociales del Campo de Gibraltar, que estemos todos, absolutamente todos, codo con codo en la reclamación de la mejora de nuestras infraestructuras, vitales para afrontar los retos no ya del futuro, sino del presente, alejándonos de personalismos, colores, siglas o consignas.
Los campogibraltareños se lo merecen. Y nosotros se lo debemos.
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