De patitos

Hace poco se cumplieron cinco años del primer caso confirmado de coronavirus. A la vista está que algunos países actuaron en mejores condiciones que otros y de esa forma bajaron el número de fallecidos y daños colaterales, pero aunque duela decirlo, España no estuvo entre ellos. El Tribunal Constitucional declaró ilegal el confinamiento y el presidente, en una de sus ya habituales maquiavélicas maniobras, se fue cantando bajito delegando la gestión del problema en las autonomías. Los problemas psicológicos, familiares y económicos siguen a día de hoy fruto de esa pesadilla de epidemia. De aquellos barros estos lodos. Siento que nos trataron como a esos patitos amarillos de feria que se pescaban, dando vueltas en la pequeña piscina como nosotros en nuestras casas enclaustrados. No olvido a los amigos que cayeron en la batalla, el dolor de tantas familias, el trabajo de los héroes del personal sanitario, ni los aplausos de las ocho que se perdieron en el olvido colectivo. Amén.