Andar y contar
Alejandro Tobalina
Rutina
Desde el 29 de septiembre y hasta el 25 de noviembre de 2024, nos hará compañía lo que se ha venido en llamar una “segunda luna”. 2024PT5 es el nombre de un asteroide que podremos seguir durante casi dos meses. Con una trayectoria habitual en forma de herradura, ha sido capturado temporalmente por la gravedad de la Tierra, y volverá posteriormente a su órbita regular alrededor del sol. Su distancia a la Tierra es demasiado grande como para que permanezca orbitando a su alrededor convirtiéndose en un verdadero satélite. La Luna, por el contrario, si está lo suficientemente cerca como para que la atracción gravitatoria de nuestro planeta sea la fuerza dominante que determine el movimiento a su alrededor.
En realidad, este episodio se ha dado otras veces, pero con una menor duración, y para que se produzca, el asteroide en cuestión tiene que aproximarse a la Tierra con una velocidad muy baja, en astronomía, 3.500km/h. La opinión de los investigadores es que 2024PT25 podría ser un fragmento eyectado desde la luna, por el impacto de otro asteroide.
El estudio de los asteroides permite entender cómo se formaron los planetas, al contener los materiales más antiguos del Sistema Solar. Según la NASA existen más de un millón de ellos, estando la mayoría de los asteroides de nuestro entorno, en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, a unos 400 millones de kilómetros del sol.
Juan Prieto, Dr. en Didáctica de las Matemáticas, y Pilar Orozco, Dra. en Química, llevan años utilizando la astronomía como objeto de estudio para sus proyectos de investigación en el Colegio Huerta de la Cruz. El ocultamiento de la estrella supergigante Betelgeuse por el asteroide Leona en 2023, animó a alumnos y profesores a profundizar sobre estos cuerpos celestes utilizando la plataforma Zooniverse de la NASA para rastrear imágenes de cientos de ellos, y poder sacar conclusiones. Los alumnos reflexionaron sobre el peligro que puede suponer su acercamiento a la Tierra, pero también, la importancia que pueden tener como fuente de recursos mineros para nuestro planeta.
Desde hace nueve años Juan, Pilar y sus alumnos, han hecho observaciones de Venus, utilizando el telescopio IR del observatorio de Mauna Kea en Hawai, han investigado a través de sus proyectos de astrobiología cuestiones como el origen de la vida en la Tierra, la existencia de vida en otras partes del universo y la posible existencia de agua o la zona de habitabilidad de una estrella, aquella que permite la existencia de vida en un planeta que gira a su alrededor. Estos, y otros muchos temas, les han traído numerosos premios nacionales, e internacionales, y desde hace más de cinco años, colaboran también con la plataforma internacional de enseñanza de la astronomía a maestros y profesores, NASE(Network for Astronomy School Education)
Qué suerte tienen sus alumnos y que lujo que formen parte de Diverciencia.
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