El PSOE andaluz sin candidato

La esquina

04 de agosto 2024 - 03:07

Un efecto involuntario del pacto PSOE-ERC para la investidura de Salvador Illa en Cataluña es que el Partido Socialista se ha quedado sin candidato a la Junta de Andalucía en las elecciones de 2026 (o de cuando a Juanma Moreno le convenga).

Repasemos el panorama. Juan Espadas, el candidato digamos natural y autoconvencido de serlo, se ha dado unos cuantos tiros en los pies. Su gestión como secretario general del PSOE y líder de la oposición al PP es cuestionable y está siendo cuestionada por numerosos dirigentes, cuadros medios y militantes socialistas. Ahora, en el trato de Sánchez con los independentistas, tan lesivo objetivamente para Andalucía, no ha levantado la voz, sumiso siempre a quien lo designó. Como portavoz del PSOE en el Senado tendrá que defender la soberanía fiscal de Cataluña. O dimitir, que debe ser lo último en lo que está pensando.

Reconozcámoslo: Espadas no está en condiciones de pelear de nuevo con Juanma Moreno con una mínima garantía, no ya de ganar, sino de avanzar y competir. Tampoco lo está, después de Cataluña, la vicepresidenta María Jesús Montero, que parecía la más que probable sucesora como candidata. Montero no va a poder esta vez salir por peteneras (“¡Yo no he dicho ná!”). Sí lo dijo hace dos o tres semanas: no al concierto con Cataluña, y muchas veces con anterioridad. Nadie que encabece la Hacienda que va a ceder los principales impuestos a la Generalitat para salvar al soldado Illa puede ser candidata a la Presidencia de Andalucía. Se expone a que la abucheen en los mítines electorales. Si se postula o Sánchez la obliga, no será valentía, sino temeridad.

¿Y por qué no Manuel Chaves? Después de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre los ERE, el ex presidente se ha venido arriba y se ha puesto a disposición del partido, se supone que para jugar un papel relevante, no para pegar carteles en una agrupación de barrio. Le tengo respeto y afecto, pero creo que es parte del pasado del PSOE y no el futuro. ¿Y Susana Díaz? Se le nota con hambre de balón, pero demasiado signada por su enfrentamiento a muerte con el sanchismo, con aires de revancha, y ajena al refrán que sugiere que nunca segundas partes fueron buenas. Y fue la que perdió la Junta en 2018. Ninguno de sus antecesores sufrió ese percance.

Las cesiones al independentismo catalán han traído una consecuencia insólita al PSOE andaluz: hoy no tiene candidato.

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