Última hora
Alto el fuego en Gaza

Risas en el Estrecho

16 de enero 2025 - 03:04

En estos nublados días fríos de enero dicen que un sonido parecido a unas risas o carcajadas se pueden escuchar en la lejanía de las costas del Estrecho. El eco lejano de esas algazaras parece que resuena con más fuerzas algunos días desde la semana pasada. Tal vez sea una leyenda urbana, pero alguien ha comentado que el origen está en el Ministerio de Exteriores marroquí y en su Palacio Real cuando en 2022 España cambió radicalmente su postura sobre el Sáhara Occidental, abandonando sus compromisos internacionales y el derecho internacional, para avalar una ocupación por la fuerza alegando que este cambio implicaba unas ventajas incontestables.

Entre ellas, y de forma destacada, en abril de 2022 se afirmaba con un indisimulado optimismo por parte del Gobierno español que se abrirían los pasos fronterizos para personas y mercancías de Ceuta y Melilla. Sin embargo, esta apertura se fue posponiendo siempre alegando nuestro vecino del sur que había problemas técnicos que resolver. La semana pasada, después de casi tres años, esta tarea pendiente alcanzó el rango de vodevil cuando se anunció que la famosa apertura fronteriza se limitaría a un solo vehículo al día. A pesar de todo, tanto en Ceuta como en Melilla los vehículos y sus mercancías fueron rechazados por Marruecos. Dicen que las algarabías que arrastra la bruma por el Estrecho llegaron esos días más audibles a las costas españolas.

También dicen que esas risotadas se mezclan con las que llegan desde el otro lado de la Bahía e incluso más allá del canal de la Mancha cuando ante las obras de relleno de Gibraltar que alterarán sensiblemente la dinámica litoral en la costa española con una profunda alteración de un teórico territorio marítimo español nuestro ministro, Sr. Albares, contestó con la necesidad de coordinación de la Administración española y la presentación de una nota verbal. Al parecer esas risas ante la firmeza española se han contagiado y son difíciles de controlar.

Más allá de las leyendas urbanas sobre estos inquietantes ecos que llegan al Estrecho, lo cierto es que extraordinariamente preocupante la enorme debilidad de la política exterior española en la defensa de los intereses de territorios fronterizos. Desde este territorio doblemente fronterizo en el que escribo esta columna se percibe una alarmante orfandad por parte de nuestra política exterior respecto a las relaciones con nuestros vecinos. Lo cierto es que tanto España, Marruecos y Gibraltar compartimos un espacio común que alberga complejas relaciones transfronterizas. Estas deben estar basadas en la buena fe y el equilibrio y reciprocidad. Es preocupante que uno de los actores se desentienda de sus intereses mostrando una inquietante debilidad y falta de visión estratégica. Más preocupante es que sea España.

stats