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Es fácil no creerlo si te lo cuentan, pero ocurrió y hay vídeos que atestiguan la escena. Una vez más, como en 2022, la ex diputada y candidata a la presidencia de Andalucía por Vox, Macarena Olona, fue recibida este lunes en la Facultad de Derecho de Granada por un grupo de jóvenes que pretendían impedir su acceso a una charla, en este caso para hablar de feminismo. Poco sabemos de lo que la política de derechas dijo sobre esta temática, porque todo el interés se centró en su llegada a la sede universitaria. Los manifestantes que se declaran de izquierdas, encapuchados y apretujados como sardinas en lata, formaron una barrera humana para obstaculizar el paso de Olona. No contaban con que ella ya debía de haber previsto esa situación y acudió de verde militar, como Zelenski. Sabía que iba a librar una batalla y que, además, con suerte, volvería a la escena pública tras mucho tiempo sin la notoriedad que le daban sus debates con Yolanda Díaz en el Congreso o las extravagantes aventuras electorales, como la de abrir campaña en un prostíbulo.
Lo que no imaginaban los manifestantes, ni nadie, es que la abogada del Estado iba a sortear aquella barrera humana saltando por encima de sus cabezas, o mejor dicho, sobre ellas. De repente, Olona dio un bote y se lanzó sobre ellos como haría un cantante con su público en un concierto heavy metal.
El resultado fue que Olona se sentó en la mesa de conferenciantes, aunque luego se marchó al hospital y ha asegurado que sufrió “tocamientos”. Dos de los manifestantes fueron detenidos por la Policía y al día siguiente más de un centenar de personas se manifestaban en la puerta de los juzgados para apoyar a sus “compañeros”, al grito de “abajo represión”. Como si su barrera humana para impedir una charla universitaria no fuera una forma de represión.
Olona estaba segura de que algo sucedería en la Facultad de Derecho y de eso hay indicios en redes. Una semana antes publicaba: “Si el acto se convoca, el acto se celebra. Volveremos a pasar”. Y ellos, los jóvenes (no hay constancia de que sean universitarios) del otro extremo ideológico, hicieron el resto. Le pusieron en bandeja los focos y los titulares, porque ambas caras de la misma moneda se necesitan. Al día siguiente llegó Alfonso Guerra a la Universidad para participar en otra charla y arremetió contra los extremismos ideológicos. No se le ve mal de forma a su edad, pero menos mal que no necesitó trepar por el público para ser escuchado.
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