Andar y contar
Alejandro Tobalina
Rutina
No es la primera vez que lo digo y tampoco será la última. El Campo de Gibraltar tiene personalidad propia. Nuestro actual estado de las autonomías mantiene la división territorial de las provincias que se inició en 1833 y que, con algunas variaciones, se ha mantenido hasta la actualidad. El espíritu de la novena provincia, aunque algo dormido, no ha desaparecido.
Casi la totalidad del territorio del municipio español de Gibraltar es la actual comarca del Campo de Gibraltar, que tenía una extensión de unos 500 kilómetros cuadrados. Cuando en 1704 las tropas angloholandesas invadieron Gibraltar, casi la totalidad de su población lo abandonó ya que no deseaban ser colonizados por el invasor y marcharon fuera del casco urbano, refugiándose en el “Campo”.
En el pasado fin de semana, en la bella ciudad de San Roque, “donde reside la de Gibraltar”, ha tenido lugar la Junta Permanente de la Delegación Diocesana para las Hermandades y Cofradías. Es la primera vez en su historia que ha tenido lugar en el Campo de Gibraltar y el emplazamiento no podía ser más apropiado: el Palacio de los Gobernadores, bello edificio lleno de historia y de cultura, donde se encuentra el Museo del imaginero Luis Ortega Bru. Y para más seña, la jornada de trabajo tuvo lugar en el salón de plenos donde se encuentra El Éxodo de Gibraltar, la gran obra de Ortega Bru. Todos los participantes de la Delegación Diocesana teníamos ante nuestra mirada esta gran obra donde se plasma la procesión que dio pie al nacimiento de San Roque y de toda la comarca. Buen marco para hablar sobre el presente y el futuro de la religiosidad popular, sobre la juventud cofrade, que sin ella no tendríamos ni el actual presente ni el cercano futuro, y para consolidar la tan necesaria formación en todos los niveles y para todos los componentes de nuestras corporaciones. Tenemos que felicitar al Consejo local de San Roque por su organización.
San Roque es la ciudad del Campo de Gibraltar más señera, que ha sabido cuidar su historia y tradición sin caer en contagios externos que han devorado tradiciones de localidades cercanas. La Magna del Viernes Santo es un diamante que, por desgracia, no es conocida por muchos. Tiene un gran número de cofradías, y continúa creciendo. El Campo de Gibraltar es singular, pero la matriz y el alma de este es San Roque. Tradición y modernidad dan a la vez sabor a pueblo, pero con una riqueza cultural que ya la quisieran muchas ciudades. Para muestra, su Biblioteca Municipal, tanto por su trato personal y profesional como por su acondicionamiento para el usuario y por su fondo editorial. Sin olvidar los encuentros literarios para niños y adultos.
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