Crónica personal
Un cura en la corte de Sánchez
Elviernes 22 de noviembre, como todos los años, se celebró el día del pueblo gitano en La Línea de la Concepción, organizado por FaKali y Nakera Romi, y con la colaboración del Ayuntamiento. Fue una jornada festiva, pero también reivindicativa y de denuncia por el creciente antigitanismo.
Paso a paso, este día se marca en el calendario de nuestra localidad. Día de fiesta con la actuación de los componentes de la Escuela de baile de Soledad Ruiz Santiago, la izada de la bandera del pueblo gitano en la fachada del Museo Cruz Herrera y el homenaje merecido a distintos colaboradores: Rafael Fernández Heredia, Tere Vélez Lérida, Miguel Ángel Prieto Uceda y Rafael Moll Gil. Son cuatro personas muy distintas, pero todas ellas con un gran cariño a la comunidad Caló.
También es una jornada de denuncia por el aumento del antigitanismo en nuestra sociedad. El antigitanismo continúa presente. Os cuento unas anécdotas donde podemos comprobarlo.
El 22 de noviembre, estando en la puerta de mi centro de trabajo, saludando y felicitando a amigos caló, un compañero me comenta que él no sabe quién es gitano, pero sí “el que hace gitanadas”, dejando entrever que la gitanada es sinónimo de gamberrada. Sonriendo le pregunto: ¿Por qué? ¿Porque son alegres, risueños, trabajadores y dan más de lo que reciben? Comprendió su metedura de pata y se marchó. Son muchos los estereotipos que continúan en nuestra sociedad: “no son capaces de aprender”, “vagos”, “vividores de las subvenciones”, “incultos”, “sucios”, “maleducados” o “no comen bien”.
El juego dramático es una herramienta teatral y educativa. Con este instrumento nos fuimos a realizar un experimento. En él participaban dos grupos de chavales muy similares, del grupo de confirmación y de Nakera Romi. Las situaciones fueron las siguientes: en la zona de librería de una gran superficie, entrar cantando en una cafetería, colarse en la entrada del cine y comprando en una tienda de autoservicio de golosinas. Cuando se acercaba un responsable del establecimiento le indicaba que era una actividad educativa y la respuesta que nos daban siempre era “yo no soy racista” Esa tarde nos reímos mucho, pero reírnos por no llorar, porque se dieron actitudes claramente racistas.
Reconocer este hecho es el primer paso para superarlo. Contrastando mi viaje a Finlandia con el de Marruecos, y los dos fueron de formación educativa, comprobé que me parezco mucho más a un marroquí que a un finés, mi forma de vida, cultura, arte están más cerca del Magreb que de los países nórdicos.
¿Cuánto le debe Andalucía a la cultura gitana? Andalucía es lo que es por su mezcla de sangres. Que la rueda siga avanzando entre el verde valle y el azul del cielo.
Sastipen thaj mestipen (salud y libertad).
También te puede interesar
Crónica personal
Un cura en la corte de Sánchez
Confabulario
Manuel Gregorio González
R etrocediendo
Cupressus
José Ramón Mata
Sastipen thaj mestipen
En tránsito
Eduardo Jordá
Luces
Lo último