Un selfi con José Andrés

28 de diciembre 2022 - 01:32

A fin de cuentas, cada uno vive la Navidad como quiere o como puede y el espíritu navideño termina agarrándote por el pescuezo y repetimos una y otra vez los mismos topicazos de todos los diciembres.

Pero este año no eres realmente un algecireño navideño de pro si no te has hecho una fotografía con José Andrés, el famoso cocinero que está casado con una paisana nuestra y al que hemos podido ver comprando vinos en el Decantador y mirando pescados y mariscos por el Ingeniero Torroja. Menuda paciencia tiene el influyente amigo del matrimonio Obama, porque yo creo que se ha hecho más fotos en estos días que Michael Jordan en la época en que ganaba los anillos de la NBA.

Tampoco eres un algecireño con pedigrí si no te has dejado los amortiguadores del coche en los socavones de la prolongación de Blas Infante, justo a la altura del paso de peatones que está delante de las ruínas meriníes. Si te distraes mirando el arbolito de la esquina de Vadillo se te entierra el coche y tienes que recogerlo abajo junto a la rotonda de la Audiencia.

Y qué me dicen de esa cola del trenecito navideño que empieza en la Plaza de Andalucía y se extiende más abajo del ambulatorio de Menéndez Tolosa o del invento de nuestra Policía Local para aliviar las caravanas que se forman en el centro comercial de Pajarete y que terminan mandándote a la rotonda de Vicente Rojas para poder acceder a los aparcamientos. Son las ocurrencias de nuestra Algeciras, porque haber diseñado unos accesos modernos y en condiciones a esas instalaciones no estaba dentro del programa de los ingenieros del momento.

Qué sería de un mes de diciembre sin las comidas de empresa, de esas en las que te toca el compañero que nunca bebe y que ese día se termina solito la botella de Ribera del Duero que te pusieron al lado mientras termina cagándose en los ancestros del jefe y pegándote unos abrazos que acabas oliendo por todos lados a la colonia del Mercadona.

Y es que por mucho que te empeñes, terminas tragando con el rollo consumista de Papá Noel, por mucho que todos estemos convencidos que es un producto irremediablemente importado como haloween o la carne con beef, porque, puestos a copiar, en eso no hay quien nos gane.

Y aquí nos tienen en la antesala de 2023 con menos zambombas, panderos y almireces en las casas, con los pestiños comprados en pastelerías y dando viajes a Jerez para escuchar las zambombás, que son esos villancicos de toda la vida pero por bulerías.

Algecireños de mi alma, vosotros seguid así, que no tenemos remedio, y que vamos a quitarle a José Andrés las ganas de venir, que Donald Trump no pudo con él en Estados Unidos y nosotros lo aburriremos en una semana. Si es que cuando nos ponemos, nos ponemos, porque para eso estamos sembrados, aunque me consta que el influyente cocinero universal lo hace con cariño y con la mejor de sus sonrisas, que para eso ya es medio especial.

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