Tarifa no se entrega

Nunca se ha de olvidar la historia. En el medievo no se entregó Tarifa y ahora Tarifa no se vende

Don Alonso Pérez de Guzmán 'El Bueno', alcaide de Tarifa

El castillo de Guzmán el Bueno.
El castillo de Guzmán el Bueno. / E.S.

25 de septiembre 2024 - 03:06

Allá por 1294, el alcaide de Tarifa, un tal Alonso Pérez de Guzmán, defendía la plaza antes tomada el día de San Mateo de 1292 por el Rey Sancho IV. La ciudad sufría el asedio ejecutado por el hermano de este, Juan de Castilla, que había desembarcado en Los Lances acompañado de las tropas merinies del Rey de Fez, Abenjacob. Un verdadero juego de tronos entre los hijos de Alfonso X El Sabio.

Antonio Torremocha relata el episodio en su delicioso artículo Don Alonso Pérez de Guzmán, El Bueno, alcaide de Tarifa, publicado en la edición de este diario de 2 de enero de 2020. Se lo recomiendo.

Juan tenía bajo su custodia a su sobrino Pedro, hijo de Sancho de solo 10 años; y ya saben cómo terminó la bravata. El alcaide no cedió a la amenaza de muerte de su propio hijo si no entregaba la ciudad, y desafiante lanzó a tal fin su propia daga desde el adarve. Luego se la devolvieron junto con la cabeza del niño que catapultaron al interior de la fortaleza. Dice la leyenda que Guzmán afirmó que prefería perder a su hijo o a cinco más antes que su propia honra.

Sus hazañas en esta comarca son más. Pocos días antes de morir tomaba Gibraltar, y el 12 de septiembre de 1309 el rey castellano junto a su fiel Guzmán entraban a caballo en la roca española.

Nunca se ha de olvidar la historia. En el medievo no se entregó Tarifa y ahora Tarifa no se vende.

Porque debería servir de ejemplo el heroico sacrificio que sufrió el alcaide por salvar su Tarifa. Logicamente no le vamos a pedir lo mismo al actual regidor de la muy noble ciudad y a su equipo gobierno, pero, al menos, deberían escuchar a su pueblo, al que le deben su sillón.

Desde luego que la mejora urbanísitica es un objetivo loable; pero la misma no se puede someter a los intereses privados de nadie.

Y el convenio urbanístico que, de manera genuflexa y casi babeante, se pretende suscribir con empresarios marbellíes no es solo entregar lo mejor de la ciudad, sino anteponer los intereses económicos de estos al general. Es preferir el alquiler turístico al colegio de todos, es castigar al tarifeño con la construcción de más viviendas a las que no puede acceder por su precio, es hurtar una parte de la historia de la ciudad para tener más innecesarios likes en Instagram, es convertir definitivamente esta parte del litoral urbano en un carísimo parque temático turístico sin alma.

Y ese patrimonio de todos, regalado a un precio irrisorio para las ganancias que vendrán.

Solo le pido al alcalde que, cuando entre en el Ayuntamiento, mire la bandera y lea el emblema de la ciudad: Estote Forte in Bello. O lo que es mismo, “Permaneced fuertes en la guerra”. Él sabe que es difícil que los tarifeños se rindan a esto, lo llevan en su historia.

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